La controversia salva el show, y ante un GP de Mónaco aburrido, nada mejor que extender el manto de la sospecha.
Vettel ganó una carrera que quedará marcada por la controversia, gracias a que las estrategias de ambos autos de Ferrari fueron en sentidos opuestos y pareció que hubo órdenes de equipo en contra de Kimi.
Ojo que digo ‘pareció’ porque nadie puede comprobar la orden que, además, está legalizada en el reglamento de la máxima categoría.
Pero, antes de los juicios, los hechos. Kimi no pudo ser tan rápido como su compañero y Vettel aprovechó para quedarse en pista mientras Kimi paraba por llantas nuevas. Después de marcar récords de vuelta, Vettel pudo detenerse y mantener a salvo el liderato.
Frente a esa demostración de buen manejo, que no necesitó ningún comando externo, no hay duda de que que Vettel peleará por el campeonato y obtendrá más victorias, pero también lo hará contra la suspicacia.
Checa a Checo…
Seguramente obtendrá su calificación más baja desde el año pasado. Arancó el GP tocando a Sáinz y tuvo que parar en pits con el ala rota. Sufrió un bloqueo por Ericsson, rebasó a Vandoorne y se tiró salvajemente contra Kvyat por un rebase imposible. Perdió una racha de 15 carreras consecutivas marcando puntos, pero sigue séptimo en el campeonato con 34 puntos. Fue el único que rebasó este año en Mónaco.
Indy en japonés
Si alguien iba a escribir historia, iba a ser un extranjero y ese fue el japonés. El triunfo de Sato en Indianápolis es de un gramaje especial porque gana un piloto menospreciado por muchos, mucho tiempo, ofreciendo una exhibición suprema de frialdad, velocidad, inteligencia y suerte.
Lo que hace a las 500 Millas.
Su pase maestro fue contra un triple ganador de Indy 500 y el más experimentado de la serie Helio Castroneves. Su triunfo es el primero de un japonés en la clásica carrera norteamericana y es apenas el ganador número 71 en la historia de Indy.
Como remate, tercera victoria al hilo de pilotos pasados por Fórmula 1 en Indianápolis: Montoya en 2015, Rossi en 2016 y ahora Takuma.
Imposible dudar que Alonso iba a mostrar su gran calidad al volante, como era imposible librarnos de una Indy500 carente de drama y para desgracia de Alonso fue el mismo que en Fórmula 1: falló su motor Honda.
McLaren y la firma japonesa hicieron el experimento al sacarle provecho a un super astro de F1 en un terreno desconocido para él, Alonso mostró su excelente calidad, pero creo que el experimento para Alonso sólo valdría la pena si puede volver a ganar otro título de Fórmula 1. Luego, lo demás.