Aunque la venta de cigarros sueltos está prohibida ésta práctica es común en plena vía pública, en cruceros viales, en puestos de periódicos, en puestos ambulantes, pero también en comercios establecidos.
Como en cualquier mercado, la oferta existe, pero también la demanda. La compra de cigarros por pieza representa para muchos mexicanos un mecanismo de “autocontrol” para reducir su consumo, para quienes los venden supone duplicar las ganancias que deja comercializar una cajetilla.
El artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco establece que está prohibido “comerciar, vender, distribuir o suministrar cigarrillos por unidad o en empaques, que contengan menos de catorce o más de veinticinco unidades…”.
La fracción II de la misma legislación establece que en caso de incumplimiento de las disposiciones de éste y otros artículos se sancionará con una multa de mil hasta cuatro mil veces el salario mínimo. En caso de reincidencia, es decir, que el infractor incumpla la misma disposición de esta Ley o sus reglamentos dos o más veces dentro del periodo de un año, el monto de la multa se duplica. La misma legislación establece que toca a la Secretaría de Salud verificar su cumplimiento.
A pesar de la prohibición, la venta de cigarros sueltos se realiza a todas horas, incluso en los principales cruceros de la capital del país.
Un sondeo realizado por este diario entre 50 fumadores habituales (la mitad mujeres y el resto hombres, de cantidad de hombres, con un rango de edad 17 a 49 años) reveló que 40% compra cajetilla y 60% consume cigarros sueltos. Es decir, a seis de cada 10 fumadores cada pieza suelta les cuesta el doble.
Una cajetilla con 20 cigarros de la marca que más se consume en México cuesta 49 pesos, lo que supone un precio por unidad de 2.50 pesos; sin embargo, cuando esa misma cajetilla se vende por pieza, a razón de cinco pesos cada una, su valor es de 100 pesos. No obstante este sobrecosto, para algunos el cigarro suelto les garantiza fumar menos.
Con base en las respuestas de los fumadores consultados, cada mes su gasto promedio en tabaco equivale a 13.12% de sus ingresos (11 mil 700 pesos, en promedio).
Un estudio sobre el impacto de la industria del tabaco en los países de ingresos bajos y medios realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que más de 10% de los hogares gasta dinero en tabaco.
De las personas consultadas por este diario, 70% aseguró no haber cambiado de marca a pesar del alza en el precio del cigarro y el resto aceptó haber optado por una más barata.
La odisea de la denuncia
El artículo 44 de la Ley General para el Control del Tabaco establece que la Secretaría de Salud pondrá en operación una línea telefónica de acceso gratuito para que los ciudadanos puedan efectuar denuncias y quejas sobre el incumplimiento de la legislación. Sin embargo, concretar una denuncia por la venta de cigarros por pieza no resulta fácil.
Además del tiempo de espera para recibir atención, en el número 01 800 033 5050, habilitado por la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el personal señala que la actuación de la dependencia responde a denuncias sobre comercios establecidos, mientras que las relacionadas con la venta de cigarros sueltos en la vía pública o en comercios informales corresponde a la autoridad local.
Impacto al bolsillo
49 pesos cuesta una cajetilla de 20 cigarros, es decir 61% del salario mínimo diario, que es de 80 pesos
100 pesos cuestan los mismos 20 cigarros al comprarlos por pieza, es decir, 1.25 salarios mínimos
7,056 pesos al año gasta una persona que compra en promedio 147 pesos a la semana en tabaco, es decir, tres cajetillas
1,265 pesos cuesta un tratamiento farmacológico de Terapia Sustitutiva con Nicotina (TPS), que consta de una caja con 30 parches