Los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) deberán tener un asiento bien acojinado porque se les viene encima un caudal de trabajo.

 

Luego de los cierres de las casillas ayer en el Estado de México y en Coahuila, principalmente, los candidatos del PRI y Morena, en el primer caso, y del PRI y el PAN, en el segundo, se declararon vencedores de acuerdo a sus propias encuestas.

 

Lo curioso del caso es que por lo menos dos de las encuestadoras son comunes al PRI y al PAN, por lo que no se entiende bien a bien a cuáles sondeos se refieren los presuntos ganadores.

 

Ya es costumbre que los contendientes se declaren ganadores, aunque sepan que es mentira.

 

Pero en esta elección, las redes sociales fueron utilizadas indiscriminadamente para sembrar información falsa y difamatoria a diestra y siniestra, en contra de cualquier partido.

 

Durante todo el día circularon falsas encuestas, conteos rápidos y exit polls que colocaban a tal o cual candidato con ventajas sospechosas, imposibles en estas fechas de cerrada competencia electoral.

 

Al cierre de las casillas en el Estado de México, el priista Alfredo del Mazo había sido el único candidato en salir a declararse triunfador; en la acera contraria, fue Horacio Duarte y no Delfina Gómez, como se habría esperado, a reclamar el triunfo para Morena.

 

Los rostros de los morenistas, sin embargo, y el poco énfasis que hicieron en su triunfo sembraron dudas sobre la eventual victoria de la maestra.

 

Como sea, hoy, ya con la información oficial más precisa, los partidos tendrán que hacer una reflexión sobre sus resultados, aunque ya el panista Ricardo Anaya celebró “el triunfo’’ de su partido en Coahuila, Nayarit y los principales municipios de Veracruz.

 

Ya se verá hoy si el festejo no se le ceba.

 

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Josefina Vázquez Mota tendrá que pensar bien a bien si decide participar en otra elección.

 

Aunque dicen que su futuro político está asegurado con una senaduría, el segundo fracaso electoral que sufre la panista ya comienza a ser anécdota hasta en su propio instituto político.

 

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Como si el gobernador de Zacatecas no tuviera problemas –la inseguridad en el estado es galopante-, su esposa, Cristina Rodríguez, abonó a las críticas a su gobierno que nomás no cuaja.

 

La señora Rodríguez acudió a una ceremonia a una escuela secundaria en el municipio de Tabasco, en donde un grupo de alumnos trató de halagarla con un baile.

 

Los jóvenes salieron vestidos de negro o de pantalón militar, algunos con pasamontañas, lo que generó un comentario de la esposa del gobernador.

 

Palabras más, palabras menos, la primera dama zacatecana dijo que le hubiera gustado ver a los jóvenes vestidos “como ingenieros’’ o distinto, porque como habían salido “parecían sicarios’’.

 

Obviamente los malquerientes del gobernador, que no son pocos, se le fueron a la yugular a la señora, a quien le exigieron una disculpa pública, cosa que no ha ocurrido.

 

¿Ocurrirá?