La inflación de tres dígitos, la recesión económica, así como la escasez de alimentos y medicinas que vive actualmente Venezuela contribuyeron a que este viernes y sábado General Motors y United Airlines anunciaran el cese de sus operaciones después de varias décadas en el país sudamericano.

 

 

 

 
La salida de United Airlines agudiza la crisis aérea permanente que vive Venezuela desde hace varios años, debido a los estrictos controles del tipo de cambio en el país petrolero que elevan la deuda que mantiene el gobierno de Nicolás Maduro con el sector.

 

 

 

 
El año pasado, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) dijo que las autoridades venezolanas adeudan tres mil 780 millones de dólares a las aerolíneas internacionales. A la fecha se han marchado marchado Alitalia, Lufthansa, Latam, Aeroméxico, Air Canadá y Gol. En tanto, Iberia, Air Europa y American Airlines   han reducido sus frecuencias  y  el tamaño de aviones que llegan a dicho país.

 

 

 
Después de 20 años, la aerolínea estadounidense pondrá fin a su servicio de vuelos diarios en Venezuela  a partir de julio, después de operar vuelos diarios entre Caracas y el Aeropuerto Intercontinental George Bush, de Houston, que son populares entre los ejecutivos de petroleras con sede en Texas, así como los venezolanos que viven en EU.
Además de las pugnas sobre el tipo de cambio y la escasa afluencia de turismo en los vuelos desde y hacia Venezuela, las aerolíneas también están preocupadas por la seguridad de su tripulación, ya que en el país han muerto al menos 64 personas en protestas que se iniciaron en abril.

 

 

 
Por su parte, General Motors, que ya tenía 69 años en el país,  anunció el viernes que “cesaba definitivamente” sus operaciones, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia anunció en abril pasado el embargo de sus bienes, como respuesta a una demanda que presentó hace 17 años un franquiciado del estado de Zulia, cesado, según el fabricante estadounidense, por mal desempeño.

 

 

 
A pesar de las numerosas peticiones de General Motors al gobierno venezolano para discutir la situación y encontrar una solución, el gobierno de Maduro ha dicho que no tiene intenciones de ocupar a la automotriz estadounidense, según un comunicado de la empresa.

 

 

 
La automotriz estadounidense reiteró que ejercerá todas las acciones legales a su alcance dentro y fuera de Venezuela, para resarcir los daños ocasionados en su contra que la llevaron a retirarse de Venezuela.
“A pesar de las numerosas peticiones de General Motors para reunirse con las autoridades venezolanas, discutir la situación y encontrar una solución, la empresa no recibió ninguna respuesta afirmativa”, afirmaron en un comunicado.

 

 
Además de GM, Ford y el grupo Fiat Chrysler (FCA) también operan en Venezuela. El año pasado, éste último ensambló unos 30 vehículos en su planta, mientras que Ford suspendió la producción de automóviles en diciembre pasado debido a la situación económica del país, para reanudarla en abril pasado. De hecho, ante las pérdidas en ese país decidió convertir sus operaciones en una unidad independiente para excluir sus resultados de los del resto de la compañía.

 

 

Cifras

 
2,678 empleos se cancelan con la salida de GM

 

 
7 aerolíneas han salido del país, incluida Aeromexico, que abandonó el país en 2016