La industria aérea señaló que no fue consultada por los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido para establecer el veto a los grandes dispositivos electrónicos portátiles en la cabina de los aviones, por lo que fue un gran desafío para las compañías aéreas cumplir con la normativa y una gran molestia para los clientes.

 

 

 
Alexandre de Juniac, director general y consejero delegado de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), dijo que la prohibición sorprendió a todos, por lo que pidió a los gobiernos que mejoren su colaboración con la industria para abordar los desafíos de seguridad y encontrar alternativas a la restricción que por ahora se aplica a algunos vuelos desde Oriente Medio y el Norte de África.

 

 

 
Según la IATA,  el alcance actual de la prohibición es de 180 millones de dólares en pérdida de productividad, cifra que podría aumentar hasta mil 200 millones, si la media se extiende a los vuelos de Europa a EU.

 

 

 
Durante su discurso de apertura de la 73 Asamblea General Anual y la Cumbre de Transporte Aéreo, que reúne este lunes y martes a cerca de mil participantes en el destino mexicano, De Juniac dijo que “debemos asegurarnos que las medidas sean lógicas y eficaces, pero no es el caso en este tema”.

 

 

 
Actualmente, dijo, se observa una disminución en el tráfico de los aeropuertos que han aplicado esa medida, y por ello están trabajando con los gobiernos correspondientes para quitar dicha prohibición.

 

 

 
Reconoció que los gobiernos tienen los recursos y la información y establecen las reglas, pero las aerolíneas tienen experiencia operativa vital.

 

 

 
La seguridad es, en última instancia, una responsabilidad del gobierno, pero las aerolíneas también tienen un gran interés en el asunto, y “la seguridad de nuestros pasajeros y tripulantes es nuestra máxima prioridad”, subrayó.

 

 

 

 
Es difícil entender su resistencia a una mayor colaboración, cuando “podríamos lograr mejores soluciones trabajando juntos”, añadió el directivo, quien ha señalado que, en el corto plazo, se podría hacer una investigación más intensa en la puerta de embarque y, en el medio plazo, la solución sería una tecnología de detección de explosivos más rápida y más avanzada.

 

 
 
Las cifras

 

 
La IATA revisó al alza las previsiones de rentabilidad de las aerolíneas en 2017 hasta 31 mil 515 millones de dólares, pero alertó de la amenaza de medidas proteccionistas y de los crecientes desafíos de seguridad.

 

 

 
No obstante, llamó a cierta cautela porque el beneficio neto de 7.69 dólares por pasajeros -por debajo de los 9.13 dólares en 2016 y 10.08 en 2015, debido al aumento de los costes de combustible, mano de obra y mantenimiento- no proporciona un colchón suficiente ante las sacudidas económicas.