Por ahí dicen que la experiencia propia es el mejor camino para aprender, pues sólo a través de las vivencias, aceptando los errores y los fallos, podremos sacar nuestras propias conclusiones para seguir adelante.

 

La elección del domingo pasado, en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz arroja múltiples lecciones que se deben tomar en cuenta para lograr el objetivo deseado: una alternancia en el poder político.

 

1. Los resultados del proceso electoral en el Estado de México nos demuestran que la mayoría no votó por la abanderada de Morena, Delfina Gómez, pero tampoco lo hizo por el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, y a pesar de que éste registró un rechazo superior a 60%, se quedó con la gubernatura de la entidad con el mayor número de electores. ¿Qué ocurrió? Se atomizó el voto entre los partidos políticos que no fueron capaces de concretar una alianza.

 

Con una candidatura común de las denominadas izquierdas (Morena, PRD y PT), el partido en el poder habría sido derrotado y con un margen tan amplio que no cabría la posibilidad de alguna impugnación; es decir, estos tres partidos habrían alcanzado casi 50% de la votación.

 

2. Los resultados de Nayarit, con el triunfo de Antonio Echevarría, y Veracruz con 112 alcaldías ganadas, de 212 que estaban en juego, demuestran que la fórmula PAN-PRD es exitosa, pues estos dos triunfos inobjetables se suman a los obtenidos en otros procesos electorales, donde se alcanzó la alternancia en entidades que históricamente habían sido dominadas por el PRI.

 

3. No debe ser tolerada nunca más la irresponsabilidad de los candidatos que, sin datos oficiales, salieron a proclamar sus triunfos, provocando confusión y un posterior enojo de los electores hacia las instituciones encargadas de vigilar los procesos, pues en su mente se generó la idea de que los resultados fueron alterados para favorecer a alguno de los aspirantes.

 

4. En cuanto al PRI, su dirigencia nacional tendrá que tomar nota que su discurso triunfalista no tiene razón de ser, ya que si analizan a fondo los resultados de la jornada, deberían estar seriamente preocupados, pues la mayoría de los electores en las cuatro entidades en disputa les dio un voto de rechazo; y el triunfo de Alfredo del Mazo no fue otra cosa más que el producto del encono entre dos modelos distintos de izquierda.

 

¿Aprenderán los partidos políticos de los errores cometidos en este proceso electoral?, ¿lo tomarán como experiencia para llegar unidos a las elecciones federales de 2018?

 

Muy pronto sabremos la respuesta.

Cobro de facturas

A pesar del gran desempeño del perredista Juan Zepeda en la campaña electoral del Edomex, nos dicen que al interior del PRD, las tribus ya comenzaron a buscar un culpable de lo que han denominado un fracaso electoral, por lo que pronto comenzarán a exigir la cabeza de su dirigente nacional, Alejandra Barrales.

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@JuanMDeAnda