MADRID. El poeta y ensayista polaco Adam Zagajewski ganó el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017 por confirmar el sentido ético de la literatura a través de su poesía, así como por sus reflexiones sobre la creación y su intenso trabajo memorialístico.
El jurado encargado de la concesión del galardón destacó que Zagajewsky hace que la tradición occidental se sienta una y diversa en su acento nativo polaco, a la vez que refleja los quebrantos del exilio.
Agregó que el cuidado por la imagen lírica, la vivencia íntima del tiempo y el convencimiento de que tras una obra artística alienta el fulgor, inspiran una de las experiencias poéticas más emocionantes de la Europa heredera de Rilke, Miłosz y Antonio Machado.
Adam Zagajewski (Lwów, actual Ucrania, 21 de junio de 1945) es un poeta, novelista y ensayista graduado en Filosofía y Psicología por la Universidad Jagiellonica, en Cracovia, y uno de los más afamados poetas contemporáneos polacos.
El hoy ganador está adscrito a la llamada Generación del 68 o de la Nueva Ola, formada por autores decididos a comprometerse políticamente en sus obras, como Kornhauser, Kipska, Krynicki o Baranczak.
Zagajewski creó dos de los principales lemas de este grupo: Powiedz prawde (Di la verdad) y Mow wprost (Habla claro).
Exiliado en Alemania, París y Estados Unidos sucesivamente, en 2002 regresó a Cracovia, donde reside.
Es coeditor de la revista literaria Zeszyty literackie, que se publica en París, ha sido profesor en la Universidad de Houston y en la actualidad lo es en la de Chicago.
En la década de los 70 se unió al grupo de disidentes de Cracovia, “Teraz” (Ahora). En 1972 publicó su primer poemario, “Komunikat”, al que siguió la novela “Cieplo zimno” (Caliente y frío).
Difundía además sus ideas en la revista clandestina Zapis, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca.
Publicó después “Sklepy miesne” (Carnicerías) y, perseguido por el régimen comunista, se exilió en París, en 1982, y publicó la novela “Cienka kreska” (Trazo) y el poemario “List. Oda do wielosci” (Letra. Oda a la pluralidad).
En su siguiente ensayo, “Solidarnosc i samotnosc”, 1986 (Solidaridad y soledad, 2010), Zagajewski exponía sus tesis sobre el compromiso político de los escritores. En 1988 viajó a Estados Unidos, donde trabajó como profesor visitante en el Creative Writing Program de la Universidad de Houston.
Con el poemario “Plótno” (1990) evolucionó hacia la contemplación poética, lejos de la combatividad de sus primeras obras.
Él mismo afirmó sobre este cambio que “la poesía está en otra parte, más allá de las inmediatas luchas partidistas, e incluso más allá de la rebelión –aun la más justificada– contra la tiranía”.
Se ha dicho de él que su decidida posición por la libertad y la búsqueda de la belleza tiene un fiel testimonio en su obra, de gran hondura humana y fina sensibilidad estética.
La crítica ha destacado asimismo la música y luminosidad que caracterizan su voz literaria. Entre sus temas recurrentes están la noche, los sueños, el tiempo, la eternidad, el silencio y la muerte o, como se ha dicho, “la poética de la imperfección de la vida”.
Para Zagajewski, además, la poesía ha de conjugar “ironía y éxtasis” y el poeta es alguien “consciente de la historia”.
Ha recibido el Premio literario de la Fundación Kościelski (1975), Premio Tucholsky (1985), Premio de la libertad del PEN Club francés (1987), Premio Internacional de literatura Neustadt 2004 y Lifetime Recognition Award del jurado del Premio Griffin Poetry en 2016, entre otros galardones.
En 1999 fue elegido miembro de la Academia de Artes de Berlín y en 2012 recibió el título de doctor honoris causa por la Universidad Jagellonne de Cracovia.
Ha recibido, asimismo, la Medalla de bronce de la Cruz Polaca del Mérito y la Cruz de Oficial de la Orden Polonia Restituta.
A esta edición concurrían un total de un total de 38 candidaturas procedentes de 23 países.
JMSJ