El juvenil descaro de la letona Jelena Ostapenko, que cumplió 20 años ayer en la central de Roland Garros mientras se clasificaba para su primera final de un grande, deslumbró en una jornada en la que la rumana Simona Halep sufrió para llegar a su segunda final en París.

 

Halep se impuso a la checa Karolina Pliskova, número 3 del mundo, por 6-4, 3-6 y 6-3, mientras que Ostapenko venció a la suiza Timea Bacsinszky por 7-6 (4), 3-6 y 6-3.

 

Para la rumana, la final tendrá un doble aliciente, el de conseguir su primer triunfo en un Grand Slam, tras haber perdido en este mismo torneo la final de 2014 contra la rusa Maria Sharapova, y el de alzarse por vez primera en su carrera con el número uno del mundo.

 

“Cuando llegué a Roland Garros no pensaba llegar hasta la final, pero he ido elevando mi potencia y eso me ha dado confianza, mi nivel ha sido muy bueno durante el torneo”, indicó tras derrotar a la suiza Timea Bacsinszky por 7-6 (4), 3-6 y 6-3.

 

Aficionada al baile, Ostapenko señaló que no es fácil jugar al tenis en su país, donde “no es un deporte popular porque es muy caro”.

 

“Pero estoy segura de que cuando vuelva a mi país las cosas van a cambiar, va a haber mucha más curiosidad sobre este deporte”, señaló la tenista, que tiene en la sala de prensa el mismo descaro que muestra sobre la pista.

 

aarl