El titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Miguel Peláez, anticipó que las cifras de puntualidad en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en julio empezarán a reflejar un decremento en las demoras.

 

Con las reformas a la Ley de Aviación Civil y la Ley Federal de Protección al Consumidor, desde este mes, por retrasos de dos a cuatro horas que sean responsabilidad de la aerolínea los usuarios deben recibir una indemnización de 7.5% del costo del vuelo.

 

Cuando sean más de cuatro horas deberán reintegrar el viaje y además pagar un reembolso de 25% del costo del mismo.

 

De acuerdo con las estadísticas de la DGAC, en los primeros dos meses del año 37 de cada 100 vuelos en la terminal aérea capitalina registraron algún retraso.

 

De los despegues y aterrizajes demorados, 37% fue por una solicitud del capitán para llevar a cabo un procedimiento de seguridad, requerimientos operacionales, cargar combustible adicional, cambios en el plan de vuelo, entre otros.

 

“Estamos alcanzando las cifras apropiadas, por tanto las demoras deben disminuir, no de manera inmediata porque estas medidas están aplicándose a partir del mes de junio, con los acuerdos y todas las mesas de conciliación que hemos tenido con las líneas aéreas que empezaron en el mes de diciembre”, dijo a 24 HORAS el titular de la DGAC de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

 

En el caso particular del AICM se trabaja con la administración y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), y con las propias empresas en las medidas que deben implementar para que sus operaciones se conserven dentro de los términos.

 

Sin embargo, recordó que hay una declaratoria de saturación de este aeropuerto desde 2014 y vigente al día de hoy, “donde nos indica que las operaciones por hora deben ser de 58 de aviación comercial y tres de aviación oficial”.

 

“Habíamos venido teniendo incrementos en ese número de operaciones precisamente generando demoras porque estábamos operando en un nivel mayor al declarado en esta declaratoria de 2014 y de manera natural las propias líneas aéreas con operaciones adicionales entorpecían y se demoraban, tanto en sus operaciones de salida como de llegada”.

Juan Ángel Espinosa

 

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