A seis meses del llamado gasolinazo, los precios de la Magna, la Premium y el diésel en la Ciudad de México han bajado 2.14%, 1.75% y 2.75%, respectivamente.
Sin embargo, estas bajas están lejos de compensar los incrementos de 14.30%, 20.72% y 13.40% que registraron los mismos combustibles en la capital del país en enero pasado.
De acuerdo a la Secretaría de Hacienda, a pesar del ajuste en el esquema de precios que entró en vigor principios de este año, la dependencia mantiene un estímulo fiscal para “suavizar” los incrementos, lo que tan sólo en los cuatro primeros meses del año ha costado al erario público 25 mil millones de pesos.
Según declaró hace unas semanas el titular de la SHCP, José Antonio Meade, la recaudación por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los combustibles será menor a la prevista, pues se esperaban 433 mil 980 millones de pesos, pero esto no compromete las finanzas públicas.
El funcionario planteó que para 2018 se valorará la posibilidad de mantener el estímulo fiscal, en función de la evolución internacional de los precios de los combustibles, vinculados con la cotización del petróleo y la evolución del tipo de cambio.
En Estados Unidos, país de donde México importa la mayor parte de los combustibles, los precios de la gasolina empezaron a mostrar a principios de abril una tendencia de alza, para después descender en las primeras dos semanas de mayo, y luego volvieron a subir.
Esta tendencia es acorde con las cotizaciones en el mercado petrolero, que se recuperaron tras confirmarse la ampliación por seis meses más del recorte en la producción acordado en noviembre de 2016 por los países miembro y no miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero cuyo impacto se ha visto disminuido ante los elevados inventarios reportados por Estados Unidos.
El tipo de cambio peso-dólar muestra un mejor comportamiento, con el fortalecimiento del peso hasta ubicarse en niveles máximos que se mostraba desde septiembre de 2016.
La recuperación de la moneda mexicana implica que Pemex importa ahora combustibles más baratos que en enero pasado.
Liberación de a mentiritas en BC y Sonora
A poco más de dos meses de la llamada libración de los precios en Baja California y Sonora, las dos primeras entidades del país en iniciar este proceso, los combustibles muestran bajas en una proporción similar a la que se registran en el resto del país, sin embargo las diferencias entre los precios máximos y los mínimos son más amplias.
En la mayor parte del país en donde aún no se “liberan” los precios, las diferencias entre el precio más alto y más bajo en una misma región es, en general, de dos o tres centavos.
Una revisión de los precios reportados a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) por los gasolineros en las ciudades de Hermosillo, Sonora, y Mexicali, en Baja California, indica variaciones de más de 20 centavos. Por ejemplo, en la primera capital, el costo de la Magna se mueve entre 15.80 y 15.99 pesos; mientras que en la segunda la misma gasolina se vende entre 15.80 y 16.05 pesos.
A pesar de la liberación, Hacienda mantiene el estímulo fiscal. Así, los permisionarios compran a Pemex la gasolina al mismo precio, pero pueden venderla al usuario final más barata según el incentivo fiscal aplicables a la zona, pues al final la autoridad hacendaria les compensa esa cantidad.