Quizá en algún otro momento este martes 13 sí habría sido de mala suerte para los mercados por la simple expectativa de que mañana pudieran subir las tasas de interés en los Estados Unidos.
Pero tal parece que por ahora, si bien nadie puede ser ajeno a un movimiento del costo del dinero de Estados Unidos, prácticamente está aceptado que mañana se anuncia un aumento de la tasa de referencia al rango de 1 a 1.25%.
Esa especie de certeza que hay entre los participantes de los mercados da tranquilidad a esperar ese desenlace.
Evidentemente que un dólar que ofrece un premio mayor tenderá a atraer capitales e implicará reacciones en muchas otras políticas monetarias, como la mexicana.
La próxima semana hay reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México y seguro que habría una reacción alcista ante esta eventual decisión de la Reserva Federal (Fed), más el agregado de las presiones inflacionarias que se mantienen en la economía mexicana.
Son pocos los que no ven que mañana suba la Fed sus tasas de interés y las razones son buenas para sustentar ese análisis. Básicamente se concentran en los bajos niveles inflacionarios y el desempeño irregular de la economía estadounidense que pone en duda la fortaleza de la recuperación vigorosa.
Pero este análisis cobrará mayor validez una vez que pase la decisión de política monetaria de este mes. En adelante, en la reunión del verano, por ejemplo, sí habrá más dudas sobre la conveniencia de un nuevo aumento de las tasas de interés.
Si mañana no subiera el costo del dinero, se garantizaría el incremento para julio. Pero con el esperado incremento de mañana se iniciaría la discusión de cuál sería la estrategia para septiembre y en adelante.
La gradualidad de los aumentos es la nueva expectativa que genera la Fed, si la economía no se calienta con inflaciones altas y si la creación de empleo presenta cifras tan dispares como el mal dato de mayo pasado, podría ser un despegue más horizontal.
Y para México ganar tiempo con tasas de interés no tan altas en Estados Unidos le permite concentrar su política monetaria en el combate inflacionario y no presionarse para ser reactivos a los Estados Unidos.
Ganando tiempo podría eventualmente la política monetaria mexicana mantenerse estática ante futuros aumentos por parte de la Fed, todo dependerá de cuánto ceda la inflación desde sus niveles actuales superiores a 6%.
Entonces, si los participantes del Comité de Mercado Abierto de la Fed no se salen del guión imaginado por los mercados, mañana sube un cuarto de punto la tasa de interés de referencia y el comunicado hablaría de una vigilancia de indicadores dispares de la economía.
Claro que cuando hablamos de decisiones de política monetaria interviene siempre la visión de los que toman decisiones, y ésa puede no ser la misma a la del resto del mundo.
Al menos por ahora creer qué es lo que viene con la Fed es lo que tiene a todos con un poco más de paciencia.