El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, dijo hoy que es posible poner freno a la violencia que azota a Centroamérica y puso como ejemplo lo que llamó “el milagro de Colombia“.
Kelly habló así en el segundo y último día de la Conferencia sobre la Prosperidad y la Seguridad de Centroamérica que se celebra en Miami con representantes de alto nivel de los Gobiernos de EE.UU., México, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Su esperanza es que, al final de esta conferencia, se hayan hallado fórmulas para hacer que “la violencia baje” mientras “las oportunidades económicas y de desarrollo suben”.
“La seguridad y la prosperidad van de la mano, no puedes conseguir una sin la otra”, subrayó.
Kelly, que fue jefe del Comando Sur entre 2012 y 2016, habló de su experiencia al frente de este comando del Ejército de EE.UU., dedicado a la cooperación con Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
“Durante ese periodo puede ver de primera mano lo que la violencia está haciendo a nuestros vecinos de Centroamérica”, dijo Kelly, quien mencionó la historia de una mujer inmigrante que habló con él y le dijo que, en el camino al norte, tienes “suerte” si solo sufres abusos sexuales y no te matan.
El titular de Seguridad Nacional mencionó en este punto a Colombia y aseguró que debe servir de ejemplo para mostrar las posibilidades que se abren en Guatemala, Honduras y El Salvador.
“Cuando la gente me dice que no se puede ayudar a los países en Centroamérica, les digo: miren el milagro de Colombia, miren dónde estaban hace 20 años y miren donde están ahora”, dijo.
A continuación, Kelly consideró que los tres países del Triángulo Norte han protagonizado sus propios “milagros” con importantes reducciones de las tasas de violencia en los últimos cinco años.
Los eventos y reuniones del día de hoy han sido organizados por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y se centran en temas de seguridad, desde fortalecimiento de zonas fronterizas hasta combate al narcotráfico pasando.
La cumbre se desarrolla en el marco del Plan para la Alianza de Prosperidad para el Triángulo Norte de Centroamérica, implementado desde 2014 por Honduras, Guatemala y El Salvador, y respaldado por fondos de Estados Unidos.