Una de las siete maravillas del mundo antiguo, la Gran Pirámide de Guiza, siguen maravillando al mundo y a la ciencia, por el esfuerzo y el ingenio empleado en su construcción.

 

Ha sido uno de los grandes misterios de la Humanidad, cómo los egipcios sin excavadoras ni grúas, pudieron dar el paso de edificar pequeñas estructuras en adobe, a construir el edificio más famoso de la Historia de la Humanidad.

 

Por más de tres mil 800 años, Guiza -también llamada Keops– ha sido la estructura más alta construida por humanos y la precisión y alineación con que fue levantada sobrepasa cualquiera que se haya hecho hasta el siglo XX de nuestra era, coinciden los investigadores.

 

Hay tres pirámides principales en Guiza, dedicadas cada una a un rey: Keops, la más grande con una altura de 146 metros; Kefrén, que está acompañada por la Gran Esfinge cuerpo de león y cabeza humana, que representa al mismo Kefrén como guardián de su propia tumba, y Micerinos, la tercera y más pequeña, edificada en granito, con una altura de 65 metros.

 

El misterio de la construcción de las pirámides de Egipto ha sido tema de investigaciones y diversas teorías a lo largo de los años.

 

La más reciente información se dio a conocer el año pasado, cuando el museo de El Cairo hizo público un papiro que revela el misterio de la construcción de la Gran Pirámide de Guiza.

 

Este descubrimiento, deja atrás las teorías que afirmaban que la pirámide era obra de civilizaciones perdidas o, incluso, de seres de otros planetas.

 

Hallado en 2013 en el mar Rojo y con una antigüedad de unos cuatro mil 500 años, el papiro es un diario de trabajo que perteneció a un capataz llamado Merer, que al parecer participó en las obras de construcción de la pirámide y describe el proceso de construcción del gigante de piedra.

 

Esta forma piramidal comenzó a usarse en Egipto después del año dos mil 700 a.C. y su auge duró hasta el año mil 700 a.C. La pirámide se solían colocar en el lado occidental del Nilo, porque el alma del faraón se tenía que encontrar con el disco solar antes de su descenso.

 

Los expertos en física de la Universidad de Amsterdam aportaron a las investigaciones al descubrir que los egipcios utilizaron un truco sencillo que les ayudó a construir las pirámides: humedecían la arena por la cual arrastraban los trineos de madera cargados de bloques, que llegaban a pesar hasta 2.5 toneladas.

 

Esta técnica, según la investigación, no sólo facilitó el traslado de las piedras, sino que redujo a la mitad el número de hombres necesarios para arrastrar los trineos desde la cantera hasta las pirámides.

 

Aún quedan muchos cabos sueltos en la historia sobre cómo se construyeron las pirámides en Egipto. Pero poco a poco se van revelando los secretos que se esconden detrás de su grandeza.

 

aarl