La calidad en la dieta alimenticia impacta la salud cerebral y las funciones cognitivas a nivel vascular, así como en enfermedades mentales que se manifiestan en la edad adulta, alertó la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Kioko Rubí Guzmán Ramos.

 

 

Señaló que una mala alimentación incide en el estado del cerebro, el cual instrumenta todas las funciones mentales, por lo que un descuido en su salud podría reflejarse en algún padecimiento periférico y provocar problemas de deterioro cognitivo leve y en caso extremo Alzheimer, demencia vascular y padecimiento asociado a la malnutrición.

 
Por ello, la investigadora consideró imprescindible llevar un estilo de vida saludable desde la infancia, erradicar o disminuir el consumo de alimentos con una alta carga calórica proveniente de carbohidratos y grasas e incluir en la dieta proteínas, frutas y vegetales, además de evitar el sobrepeso y la obesidad, así como el estrés.

 
El exceso de una ingesta hipercalórica ocasiona menos contactos neuronales, decrecimiento de las proyecciones y prolongaciones dendríticas, como la reducción en el tiempo de vida de las neuronas para almacenar y procesar información de la memoria implícita, aprendida a través de la repetición, detalló.

 
Incluso, expuso que los problemas de conducta en niños (déficit de atención) pueden reducirse con base en una nutrición basada en Omega 3, como pescados grasos, vegetales y semillas, entre otros alimentos.