La reunión del viernes de la autodenominada “Alianza Generacional del PRI” hizo retroceder a muchos hasta 1987, cuando Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, entre otros, formaron la Corriente Democrática del Partido Revolucionario Institucional.

 

Y es que, al igual que en aquella época, los nuevos disidentes tricolores exigen que la elección del próximo candidato presidencial sea a través de una consulta directa a las bases y simpatizantes, sin sumisión al Presidente de la República; además de que se modifique el rumbo que ha tomado el partido bajo la presidencia de Enrique Ochoa.

 

Nos dicen que este encuentro, al que asistieron más de 80 priistas, entre ellos José Ramón Martel, José Encarnación Alfaro, Alberto Aguilar Iñárritu, Ivonne Ortega, Nabor Ojeda; así como ex legisladores, ex alcaldes y ex dirigentes estatales del tricolor, para nada tiene la intención de dar un golpe al partido ni a su dirigencia; sino de incentivar la autocrítica y el diálogo para fortalecer al organismo, con miras a la elección presidencial del próximo año.

 

Para Martel, quien además de haber sido diputado federal, también ha ocupado diversos cargos en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), sería muy ciego que no se reconociera que la ciudadanía ve al PRI como un partido de corruptos, por lo que es urgente tomar acciones para sacudirse el desprestigio y convencer al electorado, que el Revolucionario Institucional sigue siendo una buena opción para gobernar.

 

Y si las propuestas derivadas de estas reflexiones no son tomadas en cuenta, dice, entonces nos volveremos a juntar para determinar qué vamos a hacer con nuestras convicciones, nuestra ética, nuestra moral y nuestro deseo de seguir en la política.

 

¿Será que el PRI está en la antesala de una rebelión y que, al igual que en 1987, pudiera desembocar en el surgimiento de alguna figura que aglutine todo el descontento social, tal como lo hizo el ingeniero Cárdenas con el Frente Democrático Nacional?

 

LOS DERECHOS HUMANOS DE EVA CADENA 
 
Quien estuvo ayer en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) fue la diputada veracruzana Eva Cadena, para interponer una queja por la violación a sus garantías individuales, ya que, dijo, es juzgada al mismo tiempo, y con los mismos hechos y presunciones, por el Congreso local de Veracruz y por la Cámara de Diputados.

 

Para la legisladora, que fue exhibida en video recibiendo medio millón de pesos que, supuestamente sería entregado a Andrés Manuel López Obrador, su proceso de desafuero es una muestra de que a los partidos políticos, incluido Morena, les urge cerrar un caso del cual no quieren hablar a fondo, pues, dicen, todos reciben financiamiento ilegal para sus actividades partidistas y de campaña.

 
 
CONDENA AL ESPIONAJE

 

Sería un grave escándalo si se comprueba lo publicado por The New York Times, sobre un supuesto espionaje a periodistas y personajes contrarios al poder en nuestro país. El Gobierno federal está a tiempo de aclarar esas versiones, por demás condenables.