Un recorrido con mucha montaña y poca contrarreloj, 23 puertos en el recorrido y apenas 37 kilómetros de lucha individual contra las manecillas. La estrella en esta edición será el coloso Izoard techo de la carrera que será meta de la decimoctava etapa.
“En los Alpes se acabará de definir la general. Los puertos son durísimos y los conocemos todos. La climatología puede jugar un papel importante. Con toda la montaña que hay creo que quien llegue de líder a la crono de Marsella tendrá el triunfo casi asegurado”, señaló Nairo Quintana, colombiano favorito al maillot amarillo.
Hacía casi un cuarto de siglo que el Tour no incluía sus cinco picos montañosos en el recorrido. Esta vez el pelotón transitará por los Vosgos, con una llegada a La Planche des Belles Filles, el Jura, los Pirineos, el Macizo Central y los Alpes.
Serán los Alpes los jueces de la carrera, con puertos de leyenda, como el Galibier, cuyo terrible descenso hacia Serre Chevalier puede alterar la general, en una decimoséptima jornada para valientes. Al día siguiente la cita con el Izoard, donde esperan 14 kilómetros al 7,3 por ciento de desnivel.
“Esa etapa será muy exigente, con un desnivel enorme. Ya se verá, pero el Tour se va a jugar en la montaña. Esto es el Tour y todo puede pasar”, opina Chris Froome, con el recuerdo grabado en la etapa pirenaica de La Planche des Belles Filles, donde ganó en 2012.
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Si la montaña no define la general restará un último cartucho en los 23 kilómetros de esfuerzo individual de Marsella, en un recorrido plano con algún repecho exigente que tendrá la salida y la meta en el estadio Velódromo. Desde 2012 no incluía una crono la víspera de la llegada a París.
En total un viaje de 3.516 kilómetros que comenzarán el 1 de julio en Düsseldorf. El Tour por cuarta vez sale de Alemania, la última hace 30 años en Berlín.
La ciudad atravesada por el Rin, capital de Renania del Norte-Westfalia, lanzará el Tour con una cronometrada de 14 kilómetros, con la que sueña el alemán tetracampeón mundial de la especialidad Tony Martin.
En el recorrido se incluyen tres llegadas en alto (Peyragudes, Izoard y La Planche des Belles Filles), cuatro metas al final de descensos vertiginosos y jornadas escarpadas con “trampas estilo Vuelta” que darán opciones a los ciclistas más audaces.
Tras su lanzamiento en Alemania el Tour atravesará Bélgica y Luxemburgo antes de ingresar en Francia. En la quinta jornada los favoritos se moverán en La Plancha des Belles Filles y luego en el Jura dos etapas peligrosas de media montaña que incluyen en la novena jornada los durísimos Col de la Biche, inédito, y el Mont du Chat, ambos de categoría especial.
aarl