Las inundaciones que en últimos días han afectado a la Ciudad de México son las consecuencias de una mala planeación urbana y, aunque sí es notable la cantidad de lluvia, ésta no es completamente responsable de las anegaciones, consideraron especialistas.
Bosque David Iglesias Guzmán, colaborador del Programa de Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana, explicó en una entrevista con 24 HORAS que no es extraño tener aguaceros en junio, de hecho es la temporada normal para las precipitaciones; lo que sucede es que los volúmenes colapsan el sistema de drenaje y eso se debe a la urbanización.
Recordó que las lluvias torrenciales han puesto en jaque a muchos sistemas urbanos; sin embargo, las afectaciones en la CDMX son en gran parte porque se construyó con una mala planeación y en un espacio que naturalmente es un lago.
“Estamos sobre una cuenca endorreica, es decir que no tiene una salida natural y pasa como si fuera una hoya que puede recibir agua, pero no tiene a dónde mandarla”, dijo.
El doctor Agustín Felipe Breña, del departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que el miércoles, la lluvia alcanzó 50 milímetros.
A su consideración, no se trata de una lluvia atípica, pues junio es temporada de lluvias, lo que sucede es que se trata de justificar la incapacidad del drenaje. Otro factor que propicia las inundaciones es que, a raíz de la extracción de los mantos acuíferos, hay múltiples hundimientos.
“Se registran lluvias convectivas que convergen en espacios reducidos con una gran intensidad y corta duración. Si ocurre en una zona donde no hay un sistema de drenaje óptimo, pues nos inundamos. Además, estamos en el fondo de cinco lagos”, dijo.
Mencionó que no habrá una solución total de la problemática, sino que sólo se trabaja en apaciguar las afectaciones con desazolve o con obras como el Túnel Emisor Oriente. La urbanización constante provocará que se agrave la insuficiencia en el sistema de drenaje.
aarl