El tono de voz, el número de pestañeos por minuto o el ritmo cardíaco son algunos de los factores que evalúa Robopin, el nuevo robot de la compañía japonesa tecnológica Fujitsu, para reconocer las emociones humanas.
La directora de innovación de la compañía, Cristina Magdalena, quien ha precisado que Robopin se encuentra actualmente “en pleno proceso de aprendizaje”, en versión prototipo, tras comenzar su desarrollo en 2012 en sus laboratorios de Silicon Valley (Estados Unidos) y Tokio (Japón).
Robopin también está en pruebas en el entorno financiero, actuando como apoyo de los gestores comerciales de una entidad bancaria japonesa, donde ofrece información, por ejemplo, sobre préstamos o tipos de intereses.
Robótica social
Según la experta, una de las claves de este nuevo robot es alejarse de “las apariencias humanoides hiperrealistas” de otros autómatas que han provocado “cierto rechazo” en algunos sectores de la sociedad y por ello se presenta “como una especie de simpática ‘mascota’ de poco más de 30 centímetros, lo que provoca que el público sea menos reticente a acercarse y preguntarle”.
“Nos fijamos en las tendencias sociales actuales, sobre todo en la robótica social”, ha indicado Magdalena, que relaciona la inteligencia artificial con la interacción personal pero con “vocación profesional”.
A la hora de llevar a cabo la programación del prototipo, se han cumplido lo que Magdalena sintetiza como “normas básicas de la inteligencia artificial”: la capacidad de “sentir de la máquina, la de transformar ese sentimiento en aprendizaje y la de tomar decisiones”.
aarl