Un centenar de acuarelas, témperas, objetos, manuscritos, documentos y libros conforman la exposición “Xul Solar. Panactivista”, que con motivo del 130 aniversario del natalicio del pintor y escultor argentino alberga el Museo de Arte Carrillo Gil a partir de mañana y hasta el próximo 8 de octubre.

 

Vania Rojas Solís, directora del espacio museístico, comentó que éste es uno de los más importantes proyectos del recinto en los últimos años, “es un recorrido muy singular por la vida y obra del creador argentino, considerado uno de los más importantes representantes de la vanguardia latinoamericana del siglo XX”.

 

En conferencia de prensa, Rojas Solís recordó que la obra de Xul Solar (1887-1963) ya había venido a México para una exposición que se montó hace casi 12 años en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, en una muestra mucho más breve y pequeña.

 

“En esta ocasión la muestra viene directamente del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina, espacio que recibió la exposición ‘Pendiente”, que del Museo Carrillo Gil viajó a Argentina, lo cual abrió para nuevas colaboraciones entre ambos países”, señaló.

 

En esta reciprocidad, agregó, el Museo Nacional de Bellas Artes “nos ha permitido tener una de sus muestras más importantes que acaba de terminar su estancia en Argentina hace tres semanas con más de 80 mil visitantes y esperemos que en México también sea bien recibida”.

 

“Gracias a la participación de la vicepresidenta Mariana Porvarché de la Fundación Pan Klub Museo Xul Solar, que por primera vez están permitiendo que muchos de estos objetos de Xul salgan de Argentina para venir a México, por eso digo es la muestra más importante que se ha hecho del artista”, detalló.

 

La exposición, la cual también incluye piezas de algunas colecciones mexicanas, está conformada por seis núcleos temáticos: “Arte y literatura: Amistades”; “Músico visual”; “El mundo de las lenguas”; “Espacios habitables”; “Lo místico, lo esotérico y lo oculto”, y “Plastiútiles. Una escritura plástica”.

 

Xul Solar, cuyo nombre completo era Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari, pensaba en términos universales, le importaba todo, y ello era susceptible de ser estudiado y transformado, o mejor dicho, recreado.

 

La exposición lo presenta en su dimensión total, como él mismo se definía al final de su vida: un catrólico, palabra inventada que refiere a la importancia fundamental del aspecto astrológico y utópico que atraviesa toda su producción y que se plantea como línea de trabajo.

 

Estas reinvenciones de sistemas e instrumentos era una búsqueda permanente que, como afirmaba Jorge Luis Borges, lo llevó a trabajar en un sistema de reformas universales.

 

aarl