Es una constante y no va a detenerse. Los múltiples cambios de jugadores, posiciones y parados tácticos de la Selección de México se han convertido en el pan de cada día desde que Juan Carlos Osorio y su equipo de trabajo asumieron el mando.
Desde partidos amistosos hasta la Copa Confederaciones, el diseño del 11 inicial del Tri, según Osorio, depende totalmente de las necesidades que se tengan frente a tal o cual rival. Las debilidades y fortalezas del contrario son la prioridad del cuadro mexicano cuando se decide quien jugará de arranque.
En la actual Copa Oro, en la que México ya está instalado en la fase definitiva, las rotaciones se mantienen firmes, sobre todo cuando se trata de la parte creativa y ofensiva del equipo.
México utilizó un sistema de tres delanteros en todos los encuentros que jugó hasta ahora en el torneo continental. Sólo dos atacantes repitieron en el cuadro titular (Elías Hernández y Orbelín Pineda), pero los demás arietes han cambiado drásticamente. El caso más maleable es el de Jesús Gallardo; el formado en Pumas inició como extremo por derecha el primer partido del Tri, y también fue titular en el segundo, ante los jamaiquinos, pero lo hizo como lateral por izquierda, una posición totalmente contraria sobre la cancha.
Bajo los tres postes también aparecieron sustituciones. Aunque parecía que Jesús Corona tenía todo para mantenerse inamovible en el marco tricolor, la confianza se le otorgó a Moisés Muñoz para el compromiso ante Jamaica y, a pesar de los problemas que esto puede ocasionar, esta vez resultó el cambio, pues el ex de América mantuvo en cero la portería nacional.
caem