Con seis rondas de negociación e intervalos de tres semanas, el acuerdo para la modernización del TLCAN se concretaría en la primera semana de enero de 2018, antes de que los partidos definan a sus candidatos a la Presidencia, lo que se espera ocurra a mediados de febrero, y del inicio de las campañas electorales.

 

Bajo un escenario más complejo que requiera de nueve encuentros, con tres semanas de diferencia, esto se lograría en la última semana de marzo, lo que se empataría con el arranque del periodo de 90 días que tienen los candidatos para su promoción, rumbo a los comicios del 1 de julio.

 

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, declaró el fin de semana que existe el compromiso de que la diferencia entre una y otra ronda no sean más de tres semanas. “Si calculamos los tiempos hacia el cierre del año, estamos hablando que nos daría un universo de rondas que se puede ir entre seis y nueve”, lo que, de cumplirse sería “una dinámica efectiva”.

 

“Los incentivos –dijo el funcionario- están alineados por el calendario electoral en Estados Unidos y en México para poder tratar de ser muy eficientes, y cuidando siempre el contenido y la sustancia sobre la premura, tener un plan de negociaciones que dé resultados efectivos en un tiempo razonable”.

 

Guajardo destacó además la relevancia de que sea la misma administración la que negocie y luego implemente. “De qué sirve que yo llegue a un acuerdo si el siguiente gobierno lo va a desconocer”, cuestionó al referirse al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) con Estados Unidos.

 

“Hicimos un apretón de manos en el mes de octubre del año 2015 en Atlanta, firmamos el TPP el 4 de febrero (de 2016) en Auckland, Nueva Zelanda; luego en noviembre llegó una nueva administración a Estados Unidos que simplemente dice que Estados Unidos se retira.

 

Juan Ángel Espinosa

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EL ESCENARIO DE LA IP

En su Análisis Económico Ejecutivo de este domingo, el Centro de Estudios Económicos del Sector privado (CEESP) refirió que serán siete rondas de renegociación, cada dos semanas, por lo que se proyecta que se llegue al término a principios de 2018, lo que reduce el ruido político del proceso electoral en México para este objetivo.

 

De concretarse esta proyección sería benéfico para México al reducir en el proceso electoral de 2018. Sin embargo, anticipó que no faltará la fracción política que pueda retomar aspectos positivos o negativos de la negociación para utilizarlos en su campaña hacia la Presidencia de nuestro país.

 

El CEESP indicó que uno de los motivos de preocupación para el gobierno mexicano es la insistencia de gobierno de EU de reducir el déficit comercial, en especial con nuestro país, sin una explicación para lograrlo.

 

“Sin esta claridad de parte de nuestros socios estadounidenses, podríamos esperar un proceso de negociación complejo que podría generar incertidumbre en los mercados”, indicó el CEESP.

 

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