Muchos de los legisladores de oposición que ahora piden a grito abierto la renuncia de los consejeros electorales del INE fueron quienes aprobaron sus nombramientos a petición de sus coordinadores parlamentarios.
No hay engaño.
Ahora que el INE ha trastabillado en un tema tan importante como la fiscalización a los gastos de campaña de los partidos políticos, muchos olvidan convenencieramente que cada consejero, para llegar al cargo, tuvo que recibir el visto bueno o el apadrinamiento de un partido político.
Cuestión de ver las notas periodísticas anteriores a la elección del nuevo INE, para conocer los nombres de quienes fueron apoyados por tal o cual partido.
Aunque se ha pretendido hacer, hasta el momento no ha sido posible erradicar las cuotas de partido a la hora de votar cargos como ahora el INE.
Si las decisiones que ha tomado el órgano electoral han generado la petición de renuncia de los 11 consejeros –principalmente por el tema de la fiscalización y más señaladamente por el caso del Estado de México y el presunto derroche del PRI-, espérese a que arranque formalmente el proceso electoral de 2018, el próximo 8 de septiembre.
Tiene toda la razón el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, cuando advierte que una mala decisión del instituto en la elección presidencial tendría un efecto negativo en la paz social del país.
Por eso mismo, el instituto está a tiempo de enmendar los errores de procedimiento y de afinar los mecanismos de fiscalización, motivo del encono partidista y ciudadano.
A ver.
Siete detenidos ayer en el Panteón de San Lorenzo durante el sepelio del Ojos, líder del Cártel de Tláhuac, ése que no existe, pero que todos los habitantes de la delegación dizque gobernada por Rigoberto Salgado padecen.
Esto debe decir algo a las autoridades capitalinas encargadas de la seguridad en la demarcación.
Porque como ha ocurrido en otras entidades del país, por lo visto ayer en el entierro, el cártel ha logrado crear permear entre la sociedad a tal grado que cuenta ya con una base social incipiente, si quiere, pero real.
Ojo, el asunto no se le vaya a salir de las manos, porque luego retomar el control es una misión casi imposible.
La continuación de la novela –o cuento- del divorcio entre el Partido Verde Ecologista y el PRI tendrá un capítulo especial el próximo mes, cuando ambos partidos realicen sus reuniones parlamentarias previas al inicio del periodo ordinario de sesiones.
Las más recientes fueron conjuntas; diputados tricolores y verdes, así como senadores recibían en conjunto a los secretarios de gabinete que acudían a explicar planes y proyectos del gobierno.
Ahora se verá si realmente el Verde quiere un divorcio o sólo le está poniendo a peso las manzanas al PRI, con eso de que incluso está pensando si le entra o no al frente amplio opositor planteado por el PRD y el PAN.
Lo que no se sabe es si después de taaannnta convivencia cercana, el Verde pida una repartición de bienes.
caem