El excampeón mundial de box, Julio César Chávez, afirmó que la pelea más difícil y complicada de su vida fue contra las drogas y el alcohol, combate que logró ganar hace ocho años.

 

El ganador de cuatro títulos mundiales de box, quien participó en esta ciudad en el ciclo de conferencias de Era Familiar Princess 2017 con el tema “El sueño de un campeón”, anunció que en septiembre se transmitirá una serie televisiva sobre su vida.

 

Señaló que a través de la serie que se proyectará en Netflix y canales como TNT y Telemundo, se verá todo lo bueno y lo malo de Julio César Chávez.

 

Aseguró que durante su carrera como boxeador profesional llegó a 90 peleas invicto, pero que si no hubiera caído en la droga y el alcohol su sueño de lograr 100 combates lo habría logrado.

 

“Si no hubiera caído en el alcohol y la droga hubiera llegado a 100 peleas invicto, porque era una peleador natural, ya que que a mí no me enseño nada nadie. Me hice campeón a base de puro golpe, pero es más difícil dejar el alcohol y la droga que ser campeón del mundo”, aseveró.

 

Chávez dijo que estuvo “enamorado” de la droga y el alcohol, que lo convirtió en un ser “despreciable”, ya que le faltó el respeto a sus seres queridos.

 

El boxeador enfatizó que por el consumo de la droga y el alcohol cayó muy bajo, pero consideró que es más difícil dejar estas adicciones que ser campeón del mundo, porque aseguró que en la actualidad “cualquiera es campeón del mundo”.

 

“Ahora cualquier peleador tiene cinco a seis campeonatos del mundo. Ahora es más mercadotecnia que peleas verdaderas. Antes peleabas con el número uno y con el mejor y ahora es pura mercadotecnia y dinero. En la actualidad las peleas se escogen y para mí fue sumamente difícil en ese entonces y ser campeón del mundo”, precisó.

 

Al contar parte de su vida, el boxeador retirado dijo que tiene ocho años de “estar limpio” y no beber ni consumir otras sustancias prohibidas.

 

Refirió que ahora se dedica ayudar a otras personas que han caído en algún tipo de adicción y cuenta con dos clínicas de rehabilitación, una de ellas en su casa de Culiacán, Sinaloa, donde apoya a otras personas, en su mayoría jóvenes con severos daños y quienes a la postres salen rehabilitados.

 

“Tengo ocho años limpios y tengo dos clínicas de rehabilitación y ahora me dedico a tratar de ayudar”, mencionó.

 

ot