TORONTO.- En vísperas de la primera ronda negociadora del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Canadá dijo hoy que su objetivo es hacer el acuerdo norteamericano más parecido al CETA que ha negociado con la Unión Europea (UE).
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, que mañana viaja a Washington para participar en la primera ronda de la renegociación del TLCAN con el objetivo de hacer el acuerdo más progresivo, expresó hoy los objetivos de Ottawa en las negociaciones.
Freeland colocó en lo alto de las prioridades de Canadá hacer el TLCAN “más progresivo”. En esto, “nos basaremos en las ideas del CETA, el acuerdo comercial más progresivo de la historia”, explicó la ministra canadiense en un discurso pronunciado hoy en la Universidad de Ottawa.
Para ello propuso “primero, incorporando fuertes salvaguardas laborales en el corazón del acuerdo; segundo, integrando mejores provisiones ambientales”, continuó Freeland, quien también señaló que Canadá querrá añadir nuevos capítulos sobre derechos de género e indígenas.
Finalmente, para hacer el acuerdo más “progresivo”, Canadá va a solicitar la reforma del proceso de disputa entre inversores y Estados del TLCAN, el acuerdo comercial que engloba a México, Estados Unidos y Canadá.
Aunque Freeland quiso enviar un mensaje positivo antes del inicio formal de las negociaciones tripartitas, la ministra canadiense también apuntó a lo que puede constituir una “línea roja” para Ottawa.
“Puede que haya momentos dramáticos. Pero soy profundamente optimista sobre el resultado final”, afirmó.
Con todo, Freeland se refirió al proceso para asegurar que las tarifas “anti-dumping” y cuotas compensatorias son sólo “aplicadas de forma justa”, así como la excepción para preservar la industria cultural canadiense y el sistema de gestión de suministro del país como “claves para nuestro interés nacional”.
La ministra recordó que durante el proceso de negociación del acuerdo de libre comercio inicial entre Estados Unidos y Canadá en 1987, Ottawa suspendió las conversaciones cuando Washington insistió en no incluir en las negociaciones el texto sobre cuotas compensatorias y subsidios ilegales.
Precisamente, Estados Unidos ha señalado que la eliminación de este capítulo, el 19 del TLCAN, es uno de sus objetivos, lo que anticipa unas largas y complicadas negociaciones para reformar el acuerdo.
Para Canadá, las negociaciones son cruciales para su bienestar económico: el comercio exterior supone el 53 % del producto interior bruto (PIB) del país, una cifra que es de las más elevadas del mundo.
En concreto, el comercio con Estados Unidos representa alrededor del 33 % del PIB canadiense y para la principal provincia del país, Ontario, el motor económico de Canadá, la relación con su vecino es casi el 50 % de su actividad económica.
Puesto de otra forma, Canadá exporta a Estados Unidos más de tres veces lo que exporta al resto del mundo.
En términos de empleo, más de una cuarta parte de todos los empleos del país dependen directamente del comercio exterior. Y la cifra asciende al 50 % si se añaden los empleos que dependen indirectamente del comercio exterior.
Quizás por ello, Freeland dijo hoy que para los tres países la negociación debería ser una oportunidad “para hacer la vida más fácil para los empresarios en ambos lados de la frontera”.
Aunque Canadá parece ser el país que más puede perder en la renegociación del TLCAN debido a su dependencia del comercio con Estados Unidos, Ottawa ha insistido en los últimos meses en que Washington tiene también mucho que perder si las conversaciones no terminan con un acuerdo.
Por ejemplo, aunque el PIB per cápita real de Canadá creció un 40 % entre 1993 y 2015, desde que entró en vigor el TLCAN, en Estados Unidos la cifra ha sido similar, un 39 %.
En este sentido, México es el que menos ha ganado, un 24 % de aumento del PIB per cápita real.
dca