Algunos datos que hemos venido conociendo sobre el desempeño de nuestra economía como la inflación, el nivel de las tasas de interés, el comportamiento del financiamiento bancario, las remesas familiares, así como el comportamiento de los niveles del consumo nos reflejan que uno de los motores de nuestra economía presenta una moderada desaceleración en el tercer trimestre de 2017.
No hay duda de que el tema de inflación impactada en enero por el fuerte incremento de más de 6.7% en el precio de la gasolina, por la depreciación acumulada del tipo de cambio y por la volatilidad de los productos agropecuarios hizo que alcanzara en julio su nivel más alto en ocho años al situarse en 6.44%. Dentro de este marco, los precios al productor que son los primeros en resentir cualquier presión sobre productos y servicios, tocó un nivel muy alto en enero pasado en 10.0% anual y poco a poco ha venido cediendo terreno. Ya en julio, el incremento se ubicó en 5.92% por debajo inclusive de los precios al consumidor, lo que nos lleva a considerar por qué el Banxico decidió dejar sin cambio la tasa de interés en 7.0%, entre otros factores.
Sin embargo, tanto la inflación como el nivel de las tasas de interés han tenido un impacto en productos y servicios más caros y, además, el uso de la tarjeta de crédito y de créditos personales con tasas de interés más altas están teniendo un impacto en la “disponibilidad de los bolsillos de todos nosotros”. La tendencia en los últimos 12 meses nos muestra que el nivel de financiamiento para el consumo se ha contraído desde 12% anual hasta 4.0%, aproximadamente actual.
Sin embargo, por otro lado vemos dos variables que siguen mostrando un buen dinamismo, como vienen siendo las remesas familiares y la constante creación de empleos.
Las remesas familiares alcanzaron en junio un nivel de dos mil 417 millones de dólares. El acumulado enero-junio de 2017 es de 13 mil 945 millones de dólares y marca un crecimiento del orden de 6% contra el mismo periodo del año pasado.
En cuanto al empleo, se dio a conocer que en julio la iniciativa privada creó más de 38 mil plazas superando en 73% el mismo período de 2016, de acuerdo a datos del IMSS. En el año se acumulan más de 555 mil nuevas plazas registrando un incremento de 20% contra el mismo periodo de 2016.
No hay duda de que mayores empleos generan una mayor estabilidad para las familias. El problema, como siempre, es que muchos de estos empleos tienen una menor calidad, es decir, sueldos bajos y muchos inclusive con mínimas o nulas prestaciones.
El gobierno, por su parte, ha tenido que seguir reduciendo el ritmo de gastos para lograr alcanzar el superávit primario y con ello estar en camino a la consolidación fiscal y reducir el nivel de la deuda / PIB, que al final ha sido uno de los puntos solicitados por las calificadoras. Ya comentamos que las calificadoras crediticias dejaron sin cambio sus calificaciones hacia México, pero mejoraron tres de las cuatro la perspectiva a “estable”.
Así vemos que los indicadores ligados al desempeño de la economía como ventas minoristas e indicadores de la ANTAD presentan tasas de crecimiento de un dígito, pero son defensivas en torno al escenario que se veía para nuestra economía al principio de año. Las inversiones están esperando también el desarrollo de la revisión del TLCAN que empieza este día.
caem