La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) consideró que la corrupción es un problema en los tres países socios del TLCAN, pero por su severidad, en México demanda una visión de urgencia para reducir su recurrencia en las transacciones de los sectores público y privado.
Gustavo de Hoyos, presidente de esa confederación, dijo que México debe reconocer que la percepción de la corrupción en el país es alarmante; además, advirtió, en el marco de la renegociación del acuerdo comercial, el gobierno de Estados Unidos ha apuntado a este fenómeno como una de sus preocupaciones centrales.
El año pasado, el país cayó de la posición 123 a la 176 de los países en la medición de Transparencia Internacional, en comparación con el lugar 103 de 175 países que se tenía en 2014.
El dirigente patronal recordó que la ética e integridad empresarial estaba considerada ya en el texto del acuerdo comercial firmado hace 23 años, por lo que es necesario modernizarlo “para establecer cláusulas anticorrupción, que verdaderamente funcionen”.
En sus objetivos para renegociar el TLCAN, Estados Unidos propuso que las empresas mantengan abierta su contabilidad y registros para facilitar la identificación de sobornos; elevar los estándares del código de ética entre los servidores públicos, y también cómo utilizar herramientas fiscales para desalentar los pagos ilegales.
La modernización del capítulo anticorrupción en el TLCAN, puede ser un gran avance en la cruzada nacional para combatir la corrupción y la impunidad, y que se ha tenido avances sustanciales con la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción y los Sistemas Estatales correlativos.
caem