México superó a Corea del Sur por 1-0 en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport y fue gracias a la extraordinaria labor de los dos lanzadores nacionales que se combinaron para dejar en blanco a los asiáticos y apenas toleraron un hit.
Los pequeñitos mexicanos salieron al campo de juego en Williamsport sin presión y aceptaron que no eran favoritos, pero confiaron en la gran labor de sus lanzadores, quienes en los últimos dos partidos han dejado en cero a sus rivales (Italia y Corea del Sur).
José Manuel Espinosa, mánager de México, salió al montículo en un par de ocasiones a calmar al abridor Jorge García y el resultado después de su intervención, fueron dos ponches. García tuvo rectas que alcanzaron las 75 millas por hora y en una comparativa, ese mismo tiro superaría las 100 mph cuando alcance la madurez física.
Fue en la tercera entrada cuando Saúl Soto conectó un hit por el central, y el jardinero no hizo un buen fildeo, por lo que se marcó sencillo y error, para que el mexicano llegará a la segunda base. Posteriormente llegó Jorge Lambarria y con un sencillo, remolcó a su compañero para la única carrera de la tarde.
García trabajó por espacio de cuatro episodios en los que aceptó el único imparable del rival, ponchó a cinco enemigos y otorgó tres bases por bolas. Andre Garza llegó a terminar el trabajo y en dos capítulos de labor, recetó cinco chocolates y caminó a dos bateadores.
Tremendo pitcheo de dos niños mexicanos que ya demostraron su calidad y están entre los mejores de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.
caem