México tendría que pensar en un “Plan B” para compensar el efecto sobre la economía de una eventual salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

El organismo expuso que 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destina a Estados Unidos, por lo que salir del TLCAN tendría en principio un efecto importante en la actividad económica del país, pues esta venta de bienes al vecino el norte equivale a 37 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

 

Las características de un “Plan B” al TLCAN, planteó, son diversificar el comercio, ampliar la relación con América del Sur, certeza jurídica a las inversiones, reducir costos a las empresas y crear o mejorar la infraestructura para el intercambio comercial.

 

Afirmó que todas estas medidas pueden compensar dicho efecto en el corto plazo, incluso aún fuera del TLCAN, pues Estados Unidos requiere comerciar con México, aunque en condiciones distintas.

 

Recordó que previo al inicio de la segunda ronda de renegociación del TLCAN, que actualmente se lleva a cabo en la Ciudad de México, el presidente Donald Trump volvió a su discurso intimidatorio acerca de tomar la decisión de dejar el acuerdo al insistir en que ha sido negativo para Estados Unidos por la pérdida de negocios y empleos.

 

En su publicación semanal “Análisis económico ejecutivo”, el organismo de investigación y análisis del sector privado destacó que las autoridades en México endurecieron su postura ante esa posición, al señalar que igualmente podrían dejar las negociaciones si se insiste en esa estrategia de intimidación.

 

Ante esta situación, que en su opinión parece poco probable, algunos dirigentes empresariales estadounidenses y mexicanos han comenzado a estudiar algunas opciones legales en caso de que el presidente estadounidense continúe con sus amenazas de desechar el TLCAN.

 

Señaló que esto deja clara la disposición de los principales actores del acuerdo de negociar condiciones comerciales que beneficien a los países involucrados, más que tirar por la borda lo logrado durante tantos años.

 

Además, el hecho de que el equipo negociador de Estados Unidos esté en estos días en México para seguir el proceso de la segunda ronda de negociación, es una clara señal de esa disposición a seguir avanzando en busca de acuerdos.

 

 

De no ser así, el CEESP estimó que habrá que plantear opciones que compensen una salida del TLCAN en caso necesario, por lo que se ha venido hablando de que México tendría que pensar en un “Plan B”, aunque no se había dicho cuáles serían sus características específicas capaces de compensar los posibles efectos de un cambio en la política comercial.

 

Recientemente el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, resaltó una serie de características de dicho “Plan B” que incluso, sin necesidad de abandonar el acuerdo, se pongan en marcha para fortalecer la política comercial, de crecimiento económico y de creación de empleo.

 

aarl