Diputados del PRI y funcionarios de la Secretaría de Hacienda comenzaron una “exploración’’ del paquete presupuestal para el próximo año con la finalidad de obtener una partida extraordinaria destinada exclusivamente a la reconstrucción de Oaxaca y Chiapas.
El tamaño de la devastación es tal, que las autoridades federales creen que no será suficiente el monto de los recursos que tiene el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que al cierre del primer semestre del año sumaban cinco mil 629 millones de pesos.
A esa cifra podría agregársele el cobro del bono catastrófico emitido por el Banco Mundial apenas el 4 de agosto pasado, por un monto de 360 millones de pesos, poco más de seis mil 300 millones de pesos.
Para 2018, el presupuesto contempla aportaciones federales por seis mil 700 millones de pesos, de acuerdo a la información proporcionada por el propio secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
El presupuesto para el Fonden en 2018 es inferior en 78 millones de pesos al que se destinará, a nivel federal, paras las campañas políticas (seis mil 778 millones de pesos).
Sin embargo, sumando el monto que tiene el Fonden más el cobro del bono catastrófico, se alcanzaría la suma de 11 mil 929 millones de pesos.
Si es suficiente o no el dinero, se sabrá en los próximos días, cuando se tenga un censo claro y preciso sobre el número de viviendas y negocios que fueron afectados por el sismo de hace una semana.
La gran pregunta es quién en el gobierno tasará las compensaciones que recibirán los damnificados y sobre qué bases se hará.
Ésa es la tarea más complicada que tiene el gobierno: decidir cómo repartir lo que tiene.
La audacia de Andrés Manuel López Obrador quedó de manifiesto en su propuesta de ceder 20% de los recursos que le corresponden a Morena para las campañas de 2018 (en total, 650 millones de pesos) a la reconstrucción de Oaxaca y Chiapas.
El monto neto que el tabasqueño propuso destinar a los estados dañados por el terremoto de hace una semana suma 41 millones de pesos, una cantidad nada despreciable.
Perooo, como bien sabe López Obrador, los recursos que reciben los partidos políticos no pueden ser usados para otros fines, por muy nobles que éstos sean.
El tabasqueño se aventó la propuesta sabiendo que el INE la rechazaría porque así lo establece la ley.
Pero por lo pronto, él ya quedó como el político bueno al que los malos del INE y los insensibles (y corruptos) líderes de otros partidos no quisieron secundar en su propuesta de repartir un pedazo del botín que le corresponde.
Dicen que con la llegada de Alfredo del Mazo Maza al Gobierno del Estado de México comienza un cambio generacional.
Puede ser que de edades sí, pero el origen sigue siendo el mismo grupo que ha gobernado a la entidad por lo menos desde 1970.
Como sea, Del Mazo tiene pocos nombres conocidos a nivel nacional en su gabinete –salvo una o dos excepciones- y sumará a su equipo a seis diputados federales del tricolor que ayer solicitaron licencia para separarse del cargo.
Ellos son Raúl Domínguez Rex, Fidel Almanza Monroy, Pablo Basáñez García, Gabriel Casillas, Jesús Gerardo Izquierdo y Marcela González Salas.
Ninguno, con excepción de González Salas, que será secretaria de Cultura del nuevo gobierno, figura en el primer plano del gabinete de Del Mazo.
caem