Será porque el desastre nos pegó dos veces y nos sorprendió con la guardia baja o porque la necesidad rebasó por mucho nuestras previsiones, pero poco a poco se ha dejado ver que con todo y la enorme y plausible cooperación ciudadana, nos hacen falta herramientas y personal calificado para el rescate.

 

La mayoría de las labores de rescate vistas desde el martes mismo se hicieron a mano, a golpe de pico y marro, pero no con las herramientas modernas que ahora se pueden utilizar para acelerar los procesos de búsqueda y salvamento.

 

Cierto que los equipos con los que cuentan la Secretaría de Marina, el Ejército y los organismos de Protección Civil están diseminados por casi todo el territorio nacional.

 

Pero también es cierto que no estábamos prevenidos para una tragedia que abarcara media nación.

 

A ver si los diputados ahora que negocien el presupuesto destinan una bolsa mayor a la prevención de riesgos y desastres.

 

Ya ven que año con año necesitamos más.

 

 

 

En las horas recientes, el temible ejército de idiotas del que se lamentaba Umberto Eco salió de su escondite para inundar con cientos de informaciones falsas las redes sociales.

 

Desde edificios que habían colapsado “hace diez minutos y nadie llega’’, acompañada con su respectiva foto, hasta las peticiones de que cesara el envío de alimentos y agua porque los albergues y centros de acopio “están saturados’’.

 

Un caso concreto que generó la movilización masiva fue el presunto derrumbe de un edificio en América y División del Norte, al sur de la CDMX, cosa que jamás ocurrió.

 

Y luego nos quejamos porque hay intentos de legislar el uso de las redes sociales.

 

No hemos aprendido de otras naciones, de otras lecciones.

 

 

El que tomó la palabra –y parece que en serio-, para que los partidos políticos donen parte de sus prerrogativas para las campañas fue el priista Enrique Ochoa Reza.

 

A diferencia de Andrés Manuel López Obrador, quien prometió llevar al Consejo Nacional de Morena la propuesta para 20% de su dinero en 2018 se destinara a la reconstrucción de Chiapas y Oaxaca, el priista propuso a los institutos políticos discutir con el INE y la Secretaría de Hacienda “cómo sí donar dinero de las campañas, sin simulación ni oportunismo’’.

 

Hasta el momento del cierre de este espacio, ninguna de sus contrapartes de otros institutos políticos había respondido.

 

Pero, efectivamente, como la legislación electoral prohíbe que el dinero de los partidos para sus campañas pueda ser destinado a otro fin, por bueno que sea, so pena de ser sancionados, la negociación tiene que hacerse con el INE y la Secretaría de Hacienda, que son los fiscalizadores.

 

Y todavía es buen tiempo, pues los diputados no han aprobado los recursos solicitados por el INE para los institutos políticos el próximo año: nada más seis mil 778 millones de pesos.

 

¿Quién más se apunta?

 

 

Mientras todo ocurría en el centro del país, un sismo, pero este político, sacudió a Oaxaca.

 

La fiscalía local que combate actos de corrupción logró la detención de dos ex secretarios de Finanzas de Gabino Cué.

 

Se trata de Gerardo Cajiga Estrada y Enrique Arnaud, ambos acusados de peculado por un monto de 100 millones de pesos.

 

A ver en qué acaba este primer round entre la administración que encabeza Alejandro Murat y su antecesor, que anda muy campante por la CDMX.

 

caem