Si tan sólo la reportera de televisión o el propio personal de la Secretaría de Marina Armada de México se hubieran preguntado quién era en realidad “el chico de la playera que dice Houston’’, se habrían ahorrado la pena.

 

Medio país vivió, como hace 32 años, con el famoso caso del niño fantasma Luis Ramón Monchito, la angustia televisada y luego el desencanto y el justificado enojo cuando se demostró que el menor, como en el caso de “Frida Sofía’’, resultaron una mentira completa.

 

¿Quién fue el responsable?

 

Todos los dedos apuntan al oficial mayor de la Secretaría de Marina, José Luis Vergara, responsable de las maniobras de rescate en las ruinas del Colegio Rébsamen.

 

La urgencia de sacar con vida a los niños atrapados provocó que Vergara aceptara que un desconocido –que luego se supo que ni Topo era- fuera el encargado de entrar a los huecos que se hacían entre escombros para intentar el rescate.

 

El sujeto, a quien Televisa identificó sólo como “Jorge’’, se ofreció porque su peso y talla eran ideales para la tarea; ninguno de los marinos o policías federales podrían haber entrado.

 

El personal de Marina confió al tal Jorge los sofisticados equipos de rescate; fue él quien determinó cómo se llamaba la niña fantasma, quien dijo que le había llevado agua y hasta que había tenido “contacto visual con ella’’.

 

Pero la noche del miércoles, justo cuando el secretario de Educación, Aurelio Nuño, reconocía que no había en las listas de la escuela una niña con ese nombre ni padres que reclamaran la ausencia de un hijo, el tal “Jorge” no pudo sostener más su versión.

 

Vergara quiso salir a hacer el anuncio, pero, ante la evidencia de que había dos cuerpos de adultos en las ruinas, decidió no hacerlo, sino hasta por la mañana.

 

La tarea recayó en el subsecretario de Marina, el comandante Ángel Enrique Sarmiento Beltrán, quien tajante tiró la historia fabricada durante 48 horas.

 

Y si bien se puede acusar que Vergara fue chamaqueado por un desconocido que quiso aprovechar sus cinco minutos de fama, también es cierto que la televisora contribuyó a la confusión desde el momento en que su reportera dijo hablar con la hija de la dueña del colegio y que ésta le había dicho que Frida “estaba cansada’’, entre otras muchas cosas que se dijeron en casi 30 horas de transmisión.

 

 

Lo peor que le puede pasar al país es que la historia fantástica de la niña fantasma desmotive el enorme espíritu de colaboración que se ve en casi toda la Ciudad de México.

 

Los chilangos no sólo están colaborando en masa para tratar de volver a la normalidad, sino que se pusieron las pilas para ayudar, como nunca antes se había visto, a los afectados en Morelos y Puebla.

 

Usted, si no vive en la CDMX, tendría que verlo y vivirlo para comprobar el grado de solidaridad chilanga. No tiene parangón.

 

 

El CEO de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, reiteró su oferta para que las empresas del consorcio dupliquen las aportaciones que se recibirán durante el Movimiento Azteca 100, que inició el miércoles pasado y que concluye el 28 de septiembre.

 

“Tengan la certeza, la confianza y claridad de que ese peso que donen llegará a quienes lo necesitan”, afirmó Salinas Pliego.

 

Si usted está interesado en participar, los donativos se reciben en la Cuenta exclusiva para MOVA 100 en: Banco Azteca, número de cuenta 2711 1111 1111 17 o por transferencia electrónica con la Clabe: 1271 2700 0000 0000 02.

 

Cualquier cantidad, por mínima, es buena.

 

caem