Un grupo de sacerdotes, teólogos y estudiosos acusaron al Papa de propalar herejías en un documento titulado “corrección filial”, que pretende aclarar siete supuestos errores doctrinales difundidos por Francisco.
El texto, de 25 páginas, fue dado a conocer este fin de semana en seis idiomas (inglés, francés, italiano, alemán, portugués y español) a través de la página de internet www.correctiofilialis.org y fue firmado por 62 personas.
El mismo indicó que “por medio de palabras, actos y omisiones”, el líder católico ha sostenido “directa o indirectamente” algunas proposiciones “falsas y herejes”, propagadas en la Iglesia tanto en el ejercicio público de su cargo como en actos privados.
Además, disparó contra varios pasajes de la exhortación apostólica “Amoris laetitia” (La alegría del amor) que Jorge Mario Bergoglio dedicó a la situación actual de la familia incluyendo una visión misericordiosa y compasiva a quienes viven en situaciones “heridas”, como los divorciados vueltos a casar.
El documento no fue suscrito por ningún obispo en comunión con la Iglesia de Roma o cardenal, ni siquiera aquellos que en estos años de pontificado han sido más críticos con el Papa y su ministerio.
La idea de una “corrección fraterna” la había manejado públicamente en 2016 el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, uno de los firmantes de otro documento que presentaba al Papa cinco “dubbia” (dudas) para su aclaración.
Aquella carta había sido suscrita por otros tres cardenales: Carlo Caffarra, arzobispo emérito de Bolonia (Italia); Walter Brandmüller, presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas y Joachim Meisner, arzobispo emérito de Colonia (Alemania).
Pero ni Burke ni los otros firmaron la nueva “corrección”, que sólo contó con el apoyo de Bernard Fellay, un obispo que no se encuentra dentro de la Iglesia por encabezar la Fraternidad San Pío X, la asociación cismática fundada por Marcel Lefebvre.
Además, entre los avales destaca también Ettore Gotti Tedeschi, un banquero italiano fue presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), coloquialmente conocido como “banco del Vaticano”, entre 2009 y 2012, durante el pontificado de Benedicto XVI.
Los 62 firmantes de esta corrección enumeraron siete presuntas declaraciones heréticas del Papa, entre las cuales incluyeron la afirmación de Francisco de que, supuestamente, “una persona no tiene la fuerza, con la gracia de Dios, para seguir las exigencias objetivas de la ley divina”.
Además, indicaron que Bergoglio sostiene que un divorciado vuelto a casar, “con pleno conocimiento y pleno consentimiento de la voluntad, no está necesariamente en un estado de pecado mortal, y puede recibir la gracia santificante y crecer en la caridad”.
La tercera objeción lanzada establece que “un creyente católico puede tener pleno conocimiento de una ley divina y elegir violarla voluntariamente en una materia grave, pero no estar en un estado de pecado mortal como resultado de este acto”.
La cuarta: “Una persona, mientras obedece una prohibición divina, puede pecar contra Dios por medio de este mismo acto de obediencia”.
Más adelante, sostienen que según el Papa “la conciencia puede juzgar verdadera y correctamente que los actos sexuales entre personas que han contraído un matrimonio civil entre sí, aunque uno, o ambos, esté sacramentalmente casado con otra persona, a veces pueden ser moralmente correctos o reclamados o incluso mandados por Dios”.
También le reclaman, que para él, “los principios morales y las verdades morales contenidos en la revelación divina y en la ley natural no incluyen prohibiciones que condenan absolutamente ciertos tipos de actos”.
Lo acusan, asimismo, de pretender abandonar la “antiquísima disciplina” de la Iglesia de negar la absolución y la comunión a los divorciados vueltos a casar.
La carta con la “corrección filial”, suscrita por personas de 20 países distintos, fue enviada al Vaticano el 11 de agosto pasado y, ante la falta de respuesta, se dio a conocer abiertamente.
“La ley de la Iglesia requiere que las personas competentes rompan el silencio cuando los pastores de la Iglesia están desviando al rebaño. Esto no implica conflicto alguno con el dogma católico de la infalibilidad papal, teniendo en consideración que la Iglesia enseña que el Papa debe cumplir criterios estrictos antes de que sus declaraciones puedan ser consideradas infalibles”, explicó una introducción de la carta.
“Los firmantes no osan juzgar el grado de conciencia con el cual el Papa Francisco ha propagado las siete herejías que enumeran; pero insisten, respetuosamente, en que condene estas herejías, las cuales ha sostenido de manera directa o indirecta. Profesan su lealtad a la santa Iglesia Católica, garantizan al papa sus oraciones y solicitan su bendición apostólica”, apuntó.
aarl