Los funcionarios con aspiraciones a otro cargo, pero que hoy tienen responsabilidades administrativas que atender después del sismo, ¿tendrán el carácter para dejar el tiradero en busca de saltar a otro hueso, perdón, responsabilidad?

 

Y aunque muchos han planteado la pregunta fijando la puntería en Miguel Ángel Mancera y Ricardo Monreal, ésta también va dirigida a los miembros del gabinete legal y ampliado.

 

Con miles de escuelas por reconstruir, ¿Aurelio Nuño dejará la Secretaría de Educación? ¿O Miguel Ángel Osorio Chong se irá de Gobernación cuando él es responsable de la coordinación de los esfuerzos de reconstrucción?

 

¿José Antonio Meade seguirá escuchando la vocecita que le dice que puede ser el candidato del PRI cuando la reconstrucción y la negociación del paquete económico con los diputados requieren de toda su atención?

 

¿Y José Narro, secretario de Salud, querrá seguir soñando cuando cientos de clínicas y hospitales requerirán una cirugía mayor?

 

Eso sólo en el caso de los aspirantes presidenciales.

 

Pero la pregunta vale por igual para los presidentes municipales y delegados en la capital de la nación, que ya se veían como senadores, diputados locales o federales.

 

Mantener con vida sus aspiraciones dependerá de la velocidad y la eficacia con la que se resuelvan los problemas derivados de los sismos.

 

A ver qué tan buenos son.

 

 

La única forma de que el dinero destinado a los partidos políticos sea encauzado a las tareas de reconstrucción, como demanda en una sola voz la sociedad mexicana, es que éstos renuncien a recibirlos para que el INE los devuelva a la Secretaría de Hacienda.

 

Porque seguir el trámite legislativo como pretenden los tres partidos del Frente Ciudadano –PAN, PRD y MC- supone una ruta más larga que la fila de las tortillas.

 

Además, tratándose de una modificación constitucional, ésta no aplicaría para la elección de 2018, sino para la siguiente.

 

Tendría que seguirse la ruta que marcó el PRI: renunciar a recibir las prerrogativas que le quedaban para el resto de 2017, 258 millones de pesos para lo que llaman “gasto ordinario’’.

 

Pero si bien el PRI decidió no recibir ese dinero, no se ha pronunciado respecto a cambiar la fórmula como plantea el Frente: que el gobierno deje de financiar a los partidos políticos y que éstos se sostengan sólo con las aportaciones de militantes y simpatizantes, como ocurre en las democracias del primer mundo.

 

Total, cuando se planteó la fórmula de financiamiento actual -90% aportaciones del gobierno y 10% de aportaciones privadas-, se hizo pensando en evitar que el dinero del narcotráfico financiara las campañas.

 

Ya vimos que la fórmula fracasó.

 

Bien vale la pena el impulso que la sociedad ha dado al tema para cambiarla.

 

 

El mensaje conjunto que ofrecieron la mañana del viernes el almirante José Luis Vergara y comandante Ángel Enrique Sarmiento, oficial mayor de la Secretaría de Marina y subsecretario de la dependencia, respectivamente, terminó con el rumor filtrado de que había una pugna entre ambos con miras a 2018.

 

El caso de la “niña fantasma’’ Frida Sofía, según la versión, habría sido el objeto del desencuentro.

 

Ambos funcionarios mantienen una amistad añeja; Sarmiento fue hace unos años jefe inmediato de Vergara.

 

Pensando en quién podría ser el sucesor de Vidal Francisco Soberón, secretario de Marina en 2018, los dos califican, aunque Sarmiento tiene el hándicap de que está a meses de pasar a retiro.

 

Pero pleito no hay.

 

caem