El profesor español Juan Valentín Fernández de la Gala presentará en Medellín su tesis doctoral “Médicos y medicina en la obra de Gabriel García Márquez“, que desentraña todo un universo médico oculto tras la imaginación y la fantasía del premio Nobel colombiano.
La presentación de la tesis doctoral será presentada este viernes 29 de septiembre en el marco del Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, que realiza en la ciudad de Medellín del 28 al 30 de septiembre la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
Fernández es profesor de Historia de la Medicina y la Enfermería en la Universidad de Cádiz y es uno de los más de 80 invitados a este festival, uno de los más importantes sobre periodismo y literatura en la región.
La FNPI presentó algunas de las tesis del investigador español, quien sostiene que los médicos también cuentan historias y subrayó que “superficialmente, la medicina parece algo muy diferente a la literatura, pero en el fondo es también un arte narrativo”.
“Cuando vamos al médico respondemos las preguntas del doctor y conversamos con él de nuestros síntomas, formando así un diálogo que determinará la escritura de lo que conocemos como ‘historias clínicas’. Así que, desde cierto punto de vista, los doctores también se dedican a contar historias”, señaló el historiador español.
Planteó que las humanidades y ciencias son hermanos conectados y agregó en sus tesis que “desde una literatura tan bien hecha como la de García Márquez es posible acercarse a la medicina y tender un puente entre las humanidades y la ciencia. Un buen lector es capaz de extraer información médica de calidad de la obra de Gabo”.
“Un momento médico asombroso en El coronel no tiene quien le escriba sucede cuando el doctor evalúa la diabetes de Don Sabas a través de la detección clásica de cuerpos cetónicos en orina”, reveló el investigador.
Esta reacción es conocida “como la reacción de Lieben, este método analítico consiste en percibir un extraño aroma frutal en el simple calentamiento de la orina, lo cual podría poner en evidencia un exceso de cuerpos cetónicos (…) Así el doctor puede saber si Don Sabas tenía la dosis necesaria de insulina antes de irse para su finca”.
El profesor español sostiene en su tesis doctoral que “para narrar la intoxicación por cianuro en el suicidio de Jeremiah de Saint Amour, personaje de El amor en los tiempos del cólera, Gabo utilizó un manual de toxicología”.
Por ejemplo, escribió que Saint Amour “tenía el cuerpo torcido (dato exacto porque la rigidez es algo propio de este tipo de cadáveres) y que además tenía las pupilas diáfanas, lo cual concuerda con el hecho de que la trasparencia de la córnea en personas que han muerto intoxicadas con cianuro se mantiene por más tiempo que en los cadáveres normales. El olor de las almendras amargas también está justificado: ese es el típico olor del ácido cianhídrico”.
“La descripción y el procedimiento de la autopsia de Santiago Nasar en Crónica de una muerte anunciada me parecen brillante. Investigando sobre el tema descubrí que hay un médico chileno, muy amigo de Gabo, llamado Danilo Bartulín, que fue quien se ofreció a redactar detalladamente el fragmento de la autopsia que luego aparecería íntegramente en la novela, salvo algunos retoques de estilo realizados por García Márquez”, concluyo.
aarl