Algunos padres de familia que tenían a sus hijos en el colegio Enrique Rébsamen han mostrado interés en que éstos continúen el ciclo escolar en la escuela City College, donde es accionista la activista Isabel Miranda de Wallace.

 

La directora académica del City College, Ivette Flores, mencionó que hasta el momento ingresarán a esa escuela 20 alumnos del Rébsamen en distintos grados y que tienen capacidad para recibir hasta 80 más.

 

Expresó que dada la situación por la que están pasando las familias del Rébsamen, no se cobrará inscripción ni el mes de octubre; incluso, pagarán el mismo monto de colegiatura que cobraba el colegio derrumbado.

 

También, dijo, buscarán la forma de reponer los libros que otorga la Secretaría de Educación Pública, así como la pérdida de documentos oficiales de esta dependencia.

 

Flores mencionó que aún no saben cuándo podrán reanudar clases, pues será la delegación Tlalpan quien les dé aviso para reabrir, “ellos nos dirán porque es una zona complicada por lo que pasó, enfrente está un edificio muy dañado”.

 

Comentó que entre los padres de familia del colegio Rébsamen con quienes ha podido hablar predomina la idea de ya no volver a su antigua escuela.

 

Están, comentó, pasando por una situación muy difícil, y algunos ya no desean participar en las reuniones para reorganizarse y encontrar la manera de continuar con el ciclo escolar.

 

Por su parte, Miranda de Wallace aseguró a 24 HORAS que el City College, donde también es la representante legal, está en regla y cumple con toda la normatividad vigente, además de no tener adeudos de ningún tipo.

 

Ayer, antes del mediodía, abandonó la zona el Ejército; la Marina hizo lo propio alrededor de las 18:00 horas.

 

En lugar tampoco hay presencia de la Policía Federal y el control ahora lo tiene el Gobierno capitalino; sólo elementos de la Secretaría de Seguridad Pública cuidan el acceso en Calzada de las Brujas.

 

Por la mañana, antes de retirarse, el ambiente ya se había relajado entre los elementos castrenses, quienes incluso por momentos lograron sentarse en botes o polines apilados; incluso algunos hacían llamadas con sus celulares.

 

*edición impresa 24 Horas

 

caem