Queridos lectores de 24 HORAS, al continuar con la encomienda del jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, quiero compartirles una historia de fortaleza. Las circunstancias me dieron la oportunidad de conocer a doña Rosa González, de 83 años de edad, paciente de nuestros brigadistas de El Médico en Tu Casa, quien acudió a nuestro módulo instalado frente al Parque España en la colonia Roma, para ser atendida por una enfermedad gastrointestinal.
Conocer un poco de la vida de doña Rosa, donde la fortaleza la ha hecho mantenerse amorosa y optimista ante la adversidad, resulta un ejemplo digno de compartir.
Ella es una de los cientos de personas que resultaron damnificadas por el sismo del 19 de septiembre pasado. Doña Rosa perdió una vida llena de recuerdos en el piso seis del edificio ubicado en la colonia Condesa, donde habitaba con sus dos hijas discapacitadas, de 60 y 63 años de edad, y quienes sólo pueden trasladarse en silla de ruedas.
Para su fortuna, el día del sismo se encontraban fuera de su hogar, pero cuando regresaron, vieron acordonado el edificio. Incrédula ante lo que estaba viviendo, con mucho esfuerzo logró subir al departamento, donde vio las vajillas y copas rotas, el refrigerador abierto y la comida tirada; su colección de figuras que había traído de cada uno de los viajes que logró hacer al extranjero, los objetos que le acercaban y mantenían en los más bellos momentos de su vivir.
Le quedó, en tanto, lo más importante: la vida y la fortaleza incansable.
Durante años ejerció como especialista en neuropsicología, creó un modelo de atención y enseñanza para niños, diseñando espacios para generar independencia y aprendizaje.
Atendió y procuró a su hija con discapacidad motora y tiempo después siguió con su otra hija, quien fue bailarina de ballet clásico y que por un accidente perdió la movilidad de sus piernas. Es profesionista, madre, padre, cocinera, maestra, chofer todos los días; lo hizo sola y lo hizo bien.
Ahora duerme en un cuarto de hotel en la colonia Escandón; la acompaña en todo momento Aurora, quien la apoya con las actividades cotidianas y del cuidado de sus hijas.
“Todos los días abro los ojos y le pregunto a Dios: ‘¿Qué reto tengo para hoy?’ Debo resolverlo”, cuenta doña Rosa con una mirada determinante.
Rosa es una de tantas historias, vidas, sueños, anhelos. La etapa difícil continúa y se suma a la angustia e incertidumbre del “qué va a pasar”. La reconstrucción de una ciudad, de vidas, de hogares, de familias con ausencias.
Aprovecho para decirles que el ejército de salud de la CDMX continúa en los sitios del siniestro y aledaños, instalado en puestos semifijos, así como recorriendo casa por casa en busca de personas que requieran de atención médica.
Ha aplicado más de seis mil vacunas contra tétanos y difteria, principalmente a soldados del Ejército Mexicano, personal de la Marina, rescatistas y voluntarios que participan en la remoción de escombros.
Cumpliendo con la encomienda del jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera Espinosa, ha brindado casi 44 mil atenciones, 12 mil 520 de apoyo emocional y psicológico. Y seguiremos.
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caem