WASHINGTON.- Las recientes revelaciones sobre el uso de aviones privados para viajes oficiales por parte del secretario de Salud y Servicios Humanos de EU, Tom Price, forzó hoy su renuncia al cargo, aunque el presidente Donald Trump ya barajaba su despido.
Según anunció la Casa Blanca en un comunicado, Price presentó este viernes su dimisión, la cual fue aceptada por el magnate, para inmediatamente designar a Don J. Wright, actual subsecretario, como su sustituto en funciones a partir de este sábado.
“He pasado cuarenta años como médico y servidor público poniendo a la gente primero. Lamento que los recientes acontecimientos hayan creado una distracción sobre estos importantes objetivos”, escribió Price en su carta de renuncia al mandatario facilitada por la Casa Blanca.
“El éxito en estas cuestiones es más importante que cualquier persona. Para que usted pueda avanzar sin más interrupciones, estoy oficialmente ofreciendo mi renuncia como secretario de Salud y Servicios Humanos” a partir de la media noche de hoy, añadió.
El escándalo estalló el pasado viernes, cuando el diario Politico denunció que, solo desde el mes de mayo, Price había incurrido en unos gastos superiores a los 300.000 dólares en 24 vuelos privados.
La publicación señalaba que la mayoría de estos viajes se produjeron entre ciudades estadounidenses en las que existen rutas comerciales que podrían haber servido al representante del Gobierno para hacer sus viajes sin gastos adicionales para el erario público.
Politico aseguró que el dispendio total costó a los contribuyentes cerca de un millón de dólares, con los gastos añadidos por el uso de aviones militares en otros desplazamientos.
Presionado por la repercusión del escándalo, Price intentó redimirse este jueves al asegurar que los ciudadanos no tendrían que pagar “ni un centavo” por los polémicos vuelos privados y que él correría con los gastos.
“Hoy mismo enviaré un cheque personal al Departamento del Tesoro por los gastos ocasionados por mis viajes en vuelos chárter. Los contribuyentes no tendrán que pagar ni un centavo por mi asiento en estos aviones”, anunció Price a través de un comunicado con el que quiso zanjar la polémica.
Sin embargo, esta situación llevó a Trump a declarar este miércoles que no estaba “contento” con la actitud del secretario y dio a entender que sopesaba la opción de despedir al máximo responsable de la cartera de Salud.
Precisamente hoy, al ser preguntado por los periodistas, el magnate dijo que tomaría una decisión a lo largo del día sobre el futuro de Price, aunque también tuvo para él palabras de halago.
El presidente comentó que Price es un hombre “muy bueno”, pero admitió a continuación que no le gusta la imagen que ha dado con el uso de esos vuelos privados mientras el Gobierno está tratando de “ahorrar mucho dinero” a través, por ejemplo, de la renegociación de acuerdos comerciales con otros países.
El también excongresista, que ha reconocido no haber sido “suficientemente sensible” con los contribuyentes, se comprometió a colaborar con la investigación interna abierta por el Departamento de Salud, a no volver a tomar ningún vuelo privado en el ejercicio de sus funciones y a pagar estos viajes de su propio bolsillo, pero no fue suficiente par salvar el cargo.
“En primer lugar, el secretario Price nunca debió haber estado en este papel. El pueblo estadounidense merece un secretario de Salud y Servicios Humanos que crea en la atención de salud para todos los estadounidenses”, dijo la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tras conocerse la renuncia.
“Es hora de que esta Administración trabaje con los demócratas para mejorar y actualizar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. Este pivote debe comenzar con la nominación de un nuevo Secretario que detenga el sabotaje de esta Administración contra los trabajadores de la salud de los estadounidenses”, agregó Pelosi.
Price fue, de hecho, elegido para ser la mano ejecutora de la tan prometida derogación del sistema de salud actual, impulsado por el expresidente Barack Obama, pero para cuya derogación los republicanos del Congreso no han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Aunque Price haya sido el mayor damnificado, su caso no ha sido el único dentro del Gobierno del multimillonario en lo que respecta al uso de aviones privados a cuenta de los impuestos de los ciudadanos.
Al menos otros tres miembros del gabinete de Trump, los secretarios del Tesoro, Steven Mnuchin; de Educación, Betsy DeVos; e Interior, Ryan Zinke; se han visto envueltos en polémicas similares a la de Price.
Price pasa así a engrosar la poco convencional lista para un presidente apenas aterrizado en la Casa Blanca de despidos y renuncias, que en los últimos meses suman ya más de una docena dentro de su círculo más cercano.
dca