De manera pacífica, este lunes se llevó a cabo la marcha conmemorativa del 2 de octubre para recordar, a 49 años de distancia, el movimiento estudiantil de 1968.
Uno de los dirigentes históricos de ese movimiento estudiantil, Félix Hernández, destacó la importancia de tender puentes entre las generaciones del ’68 y los jóvenes que se movilizaron durante los sismos del 7 y 19 de septiembre pasados para reconstruir al país.
Expuso que en aquel entonces los jóvenes estudiantes caminaban hacia una organización social fuerte y vigorosa que fue truncada por la represión, de tal manera que toca ahora a los miles de voluntarios que se movilizaron durante los sismos, levantar la bandera y caminar hacia esa organización que quedó trunca.
Declaró que hoy se rendía homenaje a los jóvenes caídos en 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, pero también se rendía homenaje a aquellos que fallecieron entre los escombros que dejaron los dos terremotos del mes pasado.
Pero se trata de un día, destacó, donde se debe celebrar las movilizaciones de los jóvenes de ayer y hoy, cuya principal bandera era la generosidad y la solidaridad.
Consideró que esa organización espontánea para ayudar tanto a quienes quedaron sepultados entre los escombros, o los miles de ciudadanos que perdieron su patrimonio; esa organización, insistió, debe mantenerse para construir un nuevo país.
De lograrse el diálogo entre la generación del ’68 y las juventudes solidarias de los sismos de septiembre pasado, consideró que podrá impulsarse no sólo la reconstrucción material de edificios caídos, sino la construcción de una organización social dispuesta a participar en el rumbo de la nación.
Con consignas como “2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa”, la marcha salió a las 16:30 horas de la Plaza de las Tres Culturas, para transitar por el Eje Central Lázaro Cárdenas hasta llegar al Zócalo de la Ciudad de México.
Con contingentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que acompañó la marcha con el clásico grito de “¡Gooooya!”, la marcha se realizó en completa calma, que por momentos se sacudía con estruendos de cohetones que detonaban los autollamados “anarcos” que furtivamente se movían entre manifestantes.
El mitin empezó a las 18:00 horas ante una multitud que llenaba casi la mitad de la Plaza del Zócalo, con contingentes de la UNAM, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), así como otros colegios y normales rurales, donde destacaba la representación de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Acompañaron el mitin otras organizaciones sociales y populares que después del acto cívico se retiraron.
dca