Tal como lo dice su nombre, San Mateo le pertenece al mar, y éste regresó para reclamar lo suyo; las lluvias que no paran desde hace una semana elevaron el nivel de la Laguna Quirio, que se conecta hacia el sur con el Océano Pacífico, y las aguas invadieron calles y casas.

 

San Mateo del Mar es un municipio ikoot, etnia mejor conocida como huave, y se localiza en una estrecha franja de tierra que separa una laguna interior llamada Mar Tileme, al norte del Golfo de Tehuantepec, en el Pacífico.

 

Benito Padrón, un líder pesquero radicado desde hace más de 35 años en este lugar, aseguró que los pescadores están muy preocupados y temen por lo que pueda ocurrir más adelante.

 

“El mar avanzó más de 150 metros. Ya inundó muchas casas, se reventaron las fosas sépticas y muchas sepulturas están de lado en medio del agua. Ya no tenemos playa y el camarón está todo contaminado; ahora es un peligro consumirlo”, dice mientras observa que el agua ya comienza a entrar a su vivienda, en el norte del poblado.

 

“Todo es agua; si sigue lloviendo no sabemos qué puede pasar”, añade.

 

Aquí más de 50 viviendas fueron anegadas por la depresión tropical que afecta al Istmo de Tehuantepec. Las escasas pertenencias que se salvaron del terremoto del 7 de septiembre pasado ahora flotan sobre el agua: ropa, enseres domésticos, algunos muebles.

 

*edición impresa 24 Horas

 

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