LAS VEGAS. El presidente de EU, Donald Trump, y la primera dama, Melania, salieron hoy de la Casa Blanca pasadas las las 08.05 horas (12.05 GMT) y pusieron rumbo hacia Las Vegas, donde tienen previsto reunirse con policías y víctimas del tiroteo que acabó con la vida de 58 personas y dejó más de 500 heridos.

 

«Este es un día muy triste para mí, personalmente», dijo Trump a la prensa a su salida de la Casa Blanca.

 

Trump y la primera dama pusieron rumbo a la base militar de Andrews (Maryland), a las afueras de Washington y de donde a las 08.25 horas (12.25 GMT) despegaron a bordo del avión presidencial Air Force One con rumbo al aeropuerto internacional McCarran, en Las Vegas (Nevada).

 

El mandatario tiene previsto reunirse en Las Vegas con las víctimas de la masacre, así como con las fuerzas de seguridad y servicios de emergencia que respondieron al ataque y están haciendo un «fantástico trabajo», según dijo Trump hoy en sus breves declaraciones a la prensa.

 

El domingo, desde la ventana de su habitación en el piso 32 de un hotel, Stephen Paddock disparó contra una multitud que asistía a un festival de música country durante un intervalo de entre 9 y 11 minutos y con rifles semiautomáticos que había modificado para que dispararan más rápido.

 

En declaraciones el martes a la prensa, Trump aseguró que desconoce si el autor del tiroteo tenía algún tipo de vínculo con el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

 

«No tengo ni idea», dijo Trump a los periodistas a bordo del Air Force One a su regreso de Puerto Rico al ser preguntado sobre si creía que el autor de la masacre pudo mantener algún vínculo con el EI.

 

Aunque el EI asumió la autoría del tiroteo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de EU ha descartado por ahora cualquier vínculo de Paddock con grupos terroristas extranjeros.

 

El mandatario ha evitado tras la masacre hablar del control de las armas de fuego en Estados Unidos, aunque ayer reconoció a bordo del Air Force One que «quizá» ese debate se abra «en algún momento».

 

Durante la campaña electoral de 2016, Trump recibió el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mayor grupo de presión («lobby») contrario al control de armas de fuego en EU y que destina millones de dólares a proteger la Segunda Enmienda de la Constitución, que protege el derecho a portar armas.

 

JMSJ