Estudiantes del Centro Universitario de México realizaron un estudio en el que cultivaron muestras tomadas del Metro de la capital del país y donde observaron la presencia de bacterias relacionadas con infecciones de piel, estómago, respiratorias y urinarias.

 

Sin embargo los investigadores Celia Alpuche Aranda y Jesús Martínez Barnetche, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), hicieron un estudio que comprueba que las bacterias encontradas no representan riesgo para las personas con buena salud, aunque sí para aquellas inmunodeprimidas, es decir con problemas de respuesta inmune.

 

“Se encontraron pseudomonas, que son patógenos hospitalarios que infectan a personas que están inmunodeprimidas o que tienen una condición médica persistente. Estos agentes se encontraron ahí, de la misma manera en que se encuentran en el súper o en nuestra propia casa”, comentó el doctor Jesús Martínez Barnetche.

 

Indicó que en el proyecto piloto que hicieron en cinco estaciones del Metro de la Ciudad de México se detectaron bacterias presentes en el microbioma humano, como pseudomonas, bacilos, estafilococos y estreptococos, entre otras.

 

El estudio preliminar, que sigue en la búsqueda de financiamiento para su realización formal, contribuye a suponer que cada ciudad tiene un perfil de resistencia antimicrobiana particular que, en el caso de la de Ciudad de México, indicaría que la contaminación ambiental “está modificando el perfil microbiológico“.

 

El experto recalcó la necesidad de continuar con este estudio debido a que los resultados permitieron identificar marcadores genéticos de resistencia diferentes a los de bacterias presentes en otras ciudades del mundo.

 

“Detectamos indicios que sugieren que ciertas vías metabólicas involucradas en el metabolismo de compuestos químicos, tóxicos y demás, producto de la contaminación y del uso de hidrocarburos, estaban sobrerrepresentados”, dijo Martínez a la Agencia Informativa Conacyt.

 

“Mi impresión es que esto podría deberse o estar vinculado a la presencia de ciertos componentes en la atmósfera que favorecen el crecimiento de algunos microorganismos sobre otros”, agregó el doctor adscrito al Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI) del INSP.

 

En 2013 la Universidad Cornell hizo un estudio para analizar la diversidad microbiológica del Metro de Nueva York, y encontró que casi la mitad del universo biológico que obtuvo se desconoce y que el identificado corresponde a bacterias, virus, hongos y animales, de los cuales sólo 12 por ciento podría estar asociado a alguna enfermedad.

 

A partir de ese trabajo surgió la inquietud de conocer la microbiota del Metro de las ciudades más grandes del mundo, conformándose el consorcio MetaSUB, en el que participan grupos de investigación de 61 ciudades en los cinco continentes, entre ellos los especialistas del INSP.

 

aarl