BARCELONA.- El presidente Carles Puigdemont, declaró ayer la independencia de Cataluña pero pidió suspender sus efectos para entablar negociaciones.
En una comparecencia con una hora de retraso ante el pleno del Parlamento autonómico y en un discurso de cerca de media hora, Puigdemont evitó optar por la vía más directa a la independencia, en un intento, dijo, de desescalar la tensión con el Estado y con lo que espera abrir el diálogo, en las próximas semanas.
“Como presidente de la Generalitat asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república”, manifestó Puigdemont, quien fue interrumpido al instante por aplausos de la bancada independentista de la Cámara.
Tras remitir los aplausos, y acto seguido, el presidente de Cataluña añadió: “Con la misma solemnidad el Govern -Gobierno catalán- y yo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas se emprenda el diálogo”.
El resultado fue una declaración que no se votó y un documento firmado con más valor simbólico que jurídico y una sensación de certidumbres.
Los diputados de JxSí y la CUP, incluidos Puigdemont y la presidenta del Parlamento autonómico, Carme Forcadell, firmaron un documento sobre la independencia.
En la declaración de cuatro folios, de carácter simbólico y sin efectos jurídicos porque no será registrada en el Parlamento de Cataluña desaparece cualquier mención a “suspender los efectos” de la declaración de independencia, como había planteado Puigdemont.
Según fuentes consultadas, en un borrador de la declaración sí figuraba la mención a “suspender los efectos”, pero la Candidatura de Unidad Popular (CUP) se negó a firmar el documento si no se retiraba esta alusión.
Y es que primeras críticas llegaron de los anticapitalistas de la CUP, cuya portavoz parlamentaria Anna Gabriel aseguró que no se puede anular la voluntad de dos millones de personas y que quizá se ha perdido la oportunidad de avanzar hacia la independencia.
En tanto, la líder del principal partido de la oposición en Cataluña (Ciudadanos), Inés Arrimadas, advirtió que la independencia “a plazos” o “en diferido” como la que ha proclamado Puigdemont, sigue siendo un “golpe a la democracia”.
El Gobierno de España reaccionó en voz de su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien anunció que hoy se celebrará una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en el que se estudiará la aplicación de las medidas que sean necesarias para afrontar lo tratado en el Parlamento catalán.
En este contexto, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, se reunió anoche en el Palacio de la Moncloa con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, mientras la vicepresidenta del Ejecutivo anunciaba la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, al tiempo que calificaba la intervención del presidente de Cataluña como “el discurso de una persona que no sabe dónde está, adónde va ni con quién quiere ir”.
Sáenz de Santamaría advertió que el Ejecutivo no puede aceptar que se dé validez al referéndum del 1 de octubre.
Gobierno de España Analizan opciones
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, decidirá hoy si aplica o no el artículo 155 constitucional, o alguna otra medida, para controlar a la región autónoma de Cataluña.
En caso de que opte por aplicar el 155, la medida deberá ser probada en los próximos días por el Senado de España, donde el gobernante Partido Popular (PP) tiene mayoría absoluta.
La disposición, que nunca ha sido utilizada y carece de una ley que regule su aplicación, se refiere a las medidas a tomar en el supuesto de que una comunidad autónoma incumpla las obligaciones que la Constitución u otras leyes le imponen, o si actúa de forma que atente gravemente contra el interés general de España.
*edición impresa 24 Horas
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