Entre lágrimas y pensando en su hijo recién nacido, el oficial Luis Eduardo Espinosa Meza rescató a un bebé de entre los escombros del edificio que colapsó en la colonia Girasoles, tras el sismo del 19 de septiembre pasado.

 

Aquél día, cuando empezó el movimiento telúrico, el elemento de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP) capitalina se encontraba realizando su labor de vigilancia en la Alameda Sur.

 

Inmediatamente, el policía de 31 años, comenzó a auxiliar a la gente que iba saliendo de los edificios y de una escuela de la zona.

 

“En ese momento, una persona se me acerco y me dijo que  en la calle Rancho de los Arcos, esquina con Calzada del Hueso, se había caído un edificio. Lo primero que hice fue correr al lugar para ayudar”, afirmó en una entrevista con 24 HORAS.

 

Sin lograr comunicase con su esposa, que estaba en su hogar con su hijo de 42 días de nacido, el oficial y un compañero llegaron al edificio de Rancho del Arco 32, donde despejaron a la gente que quería ayudar porque había una fuga de gas “y hasta se veía como tipo neblina”.

 

A pesar de que la  fuga de gas no había sido controlada, Espinosa escaló los escombros del inmueble con ayuda de una escalera y de un voluntario, pues su compañero se quedó abajo auxiliando a una víctima.

 

“Una vez arriba empecé a gritar si alguien necesitaba ayuda, que si alguien me escuchaba, entonces en una parte de los escombros escuche el llanto de un niño; rápidamente comencé a retirar los escombros con ayuda del civil”, detalló.

 

Aseguró que la preocupación lo invadió mientras removía los restos, ya que el edificio de al lado quedo muy dañado: “tenía miedo de que colapsara encima de nosotros y no poder salvar al niño que escuchaba y a un señor, que alcanzaba a oír más al fondo”.

 

Tras escarbar por 15 minutos, el oficial, que lleva nueve años de servicio en la Policía Auxiliar, observó parte del cuerpo del infante, “pero había una loza muy grande encima de él, entre el civil y yo la levantamos; la puse en mi espalda y la aventé hacia un lado”.

 

“Cuando por fin lo saque, lo cargué, lo abracé, y al mirarlo vi el reflejo de mi hijo en él. Después mientras bajaba los escombros lo iba revisando, pero solo tenía lesiones leves”, apuntó.

 

Entre aplausos y felicitaciones de los voluntarios, Espinosa, entregó al bebé a su madre, quien entre lágrimas le agradeció al agente haber rescatado con vida a su hijo.

 

Regreso a casa

Posteriormente, entre sentimientos encontrados, el policía, que lleva un año de casado,  regresó a los escombros para rescatar a la otra persona que había escuchado, esta vez con la ayuda de más compañeros que arribaron al lugar.

 

Después de laborar por más de 24 horas en diferentes edificios colapsados de la Ciudad de México, el oficial del Sector 58 Leopardo se reunió con su familia: “lo primero que hice fue abrazar a mi esposa y a mi hijo entre lágrimas”.

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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