Estados Unidos e Israel anunciaron ayer que decidieron retirarse de la Unesco, argumentando que el organismo está dominado por una supuesta tendencia antiisraelí y que necesita reformarse, lo que fue señalado como un duro golpe para la globalización.
El Gobierno estadounidense cumplió su amenaza de retirarse como miembro de la Organización para Educación, la Cultura y la Ciencia de las Naciones Unidas (Unesco). Escasas horas después, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, decidió que su país siguiera el mismo camino y calificó la decisión de Washington de “valiente y moral.
La directora general de Unesco, Irina Bokova, lamentó la decisión de Washington, que le fue notificada por el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson.
“En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que Estados Unidos se retire”, dijo.
Desde el Departamento de Estado de EU, su portavoz, Heather Nauert, señaló que “esta decisión no se tomó a la ligera y refleja las preocupaciones de Estados Unidos con los crecientes atrasos en los pagos en la Unesco, la necesidad de una reforma fundamental en la organización y la continua tendencia anti-Israel”.
Pese a retirarse como miembro, el Gobierno estadounidense expresó su deseo de establecer una misión permanente como país “observador” ante ese organismo de Naciones Unidas.
Washington también indicó su deseo de seguir colaborando en cuestiones como la protección del patrimonio mundial, la libertad de prensa, la colaboración científica y la educación.
La retirada entrará en vigor el 31 de diciembre de 2018, en cumplimiento de los estatutos del organismo.
Su retirada se produce en un momento transcendental para el organismo, cuyo Consejo Ejecutivo debe elegir a la persona que reemplazará como nuevo director general a la búlgara Irina Bokova, tras ocho años al frente.
La comunidad internacional reaccionó con desazón a la noticia, a excepción de Israel.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “lamentó profundamente” la retirada, “a la luz del gran papel que ha tenido en la Unesco desde su fundación”.
Esa misma posición mostró Francia, país que acoge la sede del organismo, que deploró que el abandono se produzca “en un momento primordial”.
A juicio de París, la decisión otorga “un nuevo significado” a la candidatura francesa de la exministra de Cultura Azoulay, porque “la Unesco necesita más que nunca un proyecto en el que todos los Estados miembros puedan sentirse acogidos”.
*edición impresa 24 Horas
caem