María de Lourdes Hernández tiene 37 años y es una sobreviviente del cáncer de mama. En 2015 le diagnosticaron dicha enfermedad, cuando todavía no cumplía la edad para ser candidata a una mastografía (40 años). Malú, como la llaman de cariño, tuvo que realizar una serie de trámites para poder acceder a este tipo de estudio.

 

Con voz pausada y tranquila recuerda que una vez, con el diagnóstico en mano, comenzó los procedimientos médicos y quirúrgicos que hoy la mantienen con vida; así, de ser una mujer sana y sin predisposiciones genéticas para esta enfermedad, de pronto enfrentaba uno de los cánceres más agresivos, aunado a que ya tenía un proceso metastásico que le había afectado el pulmón izquierdo.

 

Juan Ángel Espinosa

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Hernández explicó que antes de tener un diagnóstico llevaba un estilo de vida saludable: hacía ejercicio todos los días y llevaba una alimentación balanceada, por lo que, consideró, su caso era algo raro.

 

A su vez, contó que de todos los procesos por los que pasó para recobrar la salud sólo dos fueron los más duros. “Casi un mes con los drenajes, no me podía mover, eso fue lo más impactante para mí, dije yo ya me quiero morir, ya no puedo (…), luego, cuando termino las radiaciones que queman la piel, la piel se me abrió y no podía usar ropa, esas fueron las etapas más fuertes cuando yo dije me rindo”.

 

Una vez que pasaron esas dos etapas, detalló que el proceso de enfrentar la enfermedad fue un poco más orgánico. “Nunca me sentí muerta, o que me fuera a morir o que ya no había nada más”, la ayuda de sus familiares y la atención psicológica, así como la médica, fueron fundamentales para su recuperación”, dijo.

 

Detalló que para enfrentar al cáncer de mama se sometió a 36 quimioterapias; luego, a una cirugía doble en la que le hicieron una mastectomía radical y una lobectomía (extracción de una parte del pulmón), posteriormente se sometió a 12 nuevas quimioterapias y 30 radiaciones.

 

Malú en la actualidad lleva un estilo de vida vegano, aunado a que se ayuda de medicina alternativa sin soltar los tratamientos médicos tradicionales y medicamentos de control hormonal para evitar que el cáncer vuelva aparecer en su vida.

 

La socia fundadora del programa de Médicos e Investigadores en la Lucha contra el Cáncer de Mama (MILC), Alejandra Platas, comentó que mediante el Programa Jóven y Fuerte, desarrollado por la organización, se encontró que se hacía una diferencia si se contenía y acompañaba a los pacientes.

 

De ahí, dijo, surgió la idea de hacer un programa para pacientes con cáncer de mama metastásico con un modelo multidisciplinario que atienda los problemas secundarios de esta enfermedad; así, se cuenta con ayuda psicológica, nutrición, oncoimagen y nutrición oncológica, por mencionar algunas áreas.

 

Lo que se busca es que las mujeres retomen el control de su vida y muchas de ellas a lo primero que recurren es a buscar ayuda psicológica, en un primer contacto se establecen las necesidades de cada paciente y se lleva a cabo un seguimiento de las mismas.

 

 

LO QUE DEBES SABER

Enfermedad mortal: El cáncer de mama consiste en la formación de un tumor maligno en los tejidos de la glándula mamaria, ocurre cuando las células normalmente maduran y se dividen, cambian a una reproducción acelerada y sin orden.

 

Prevención: La técnica de la autoexploración es sencilla y no requiere de mucho tiempo, permite a las mujeres conocer la forma, aspecto y textura de sus senos, desarrollando sensibilidad en sus manos, logrado identificar cualquier cambio o anormalidad; además de que ésta se debe realizar cada mes, entre el séptimo y décimo día de haber iniciado la menstruación.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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