Como una feria de símbolos y de ritual urbano, los políticos, artistas, deportistas y hasta narcotraficantes “reencarnan” en la cultura de la máscara.

 

Y para darle esa expresión artística en manos de diseñadores y artesanos mexicanos, el Grupo REV le ha puesto un estilo propio de caricaturizar a personajes “buenos y malos” que, desde 1948, lleva a los mercados nacional y extranjero.

 

En una entrevista con 24 HORAS, Ricardo Esponda Gaxiola, presidente del Consejo de Administración del Grupo REV, dijo que su principal mercado se encuentra en Estados Unidos, a donde va 60% de su producción anual, y el resto se destina al mercado nacional (con casi 40%) y a Japón.

 

“Estados Unidos es el principal cliente de nuestros productos, con un consumo mayor para las temporadas de Halloween y Navidad, aunque todo el año tenemos venta en tiendas de disfraces especializadas en los estados de Nueva York, Illinois, Connecticut, Ohio, Pensilvania, Kectucky, Texas y California, entre otros”.

 

Grupo REV cuenta con dos fábricas ubicadas en Jiutepec y Cuernavaca, Morelos; emplea a 400 trabajadores, y su producción anual es de un millón 200 mil máscaras de hule y 200 mil disfraces.

 

“En el mercado nacional todo el año vendemos, pues tenemos los festejos de primavera, Día del Niño, Día de la Madre, Día del Padre, los festejos patrios, Día de Muertos; en esta época las catrinas no sólo cubren el mercado nacional, sino también mundial, y Navidad”.

 

Esponda Gaxiola precisó que el diseño de las máscaras se realiza con base en las tendencias del mercado. “Por ejemplo, en el momento de Parque Jurásico se produjeron altos volúmenes de máscaras y disfraces de dinosaurios; con El planeta de los simios, se hicieron máscaras de simios, así como de zombis y payasos diabólicos. Nosotros compramos las licencias y empezamos la producción; es un gran negocio”.

 

 

LOS TAQUILLEROS

Para el empresario, que representa la tercera generación familiar en el Grupo REV, México destaca mucho con personajes ya sea por sus acciones positivas que hicieron o por lo mal que se comportaron ante la sociedad.

 

“Tenemos una línea de producción de Cantinflas, Tin Tan, Juan Gabriel y Frida Kahlo, así como otros artistas, y se venden bien cada año, y también tenemos máscaras de personajes políticos como Carlos Salinas de Gortari, que hace algunos años tuvo alta demanda, lo mismo se logró con Vicente Fox, que fue éxito en ventas, y Andrés Manuel López Obrador, con un poco menos demanda, pero se sigue vendiendo. Otro que hace unos meses tuvo altas ventas fue la máscara de Javier Duarte de Ochoa y hasta con disfraz de preso. Y deportistas como Cuauhtémoc Blanco se vende mucho, así como de otros atletas”, enfatizó.

 

Recientemente también se colocó en el top de ventas la máscara de Donald Trump, la cual no sólo cubrió el mercado nacional, sino también el norteamericano.

 

Ricardo Esponda reconoció que, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, se realizó el diseño de su máscara, pero un día recibió la visita de funcionarios de la Secretaría de Gobernación, quienes le cuestionaron la producción de la imagen en hule.

 

“Nosotros les respondimos que Zedillo no era un símbolo nacional, sino un político, un gobernante, y que caricaturizarlo no era una ofensa, pues en naciones democráticas como Estados Unidos y en países de Europa es muy común esta práctica con Jefes de Estado en funciones”.

 

“No fuimos presionados por las autoridades de Gobernación, pero decidimos retirar la producción de la máscara de Zedillo y no se volvió a vender. Ahora con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, también se le hizo su máscara, y hasta ahora no hemos tenido ningún reclamo”.

 

Agregó que en campañas políticas son los propios partidos los que les piden máscaras de diversos personajes, las cuales las llevan a sus mítines y actos proselitistas.

 

 

Y LOS NARCOS

Esponda Gaxiola destacó que los narcotraficantes Pablo Escobar Gaviria y Joaquín El Chapo Guzmán han sido los más taquilleros en los últimos años.

 

“El año pasado tuvimos ventas récord con El Chapo, sobre todo después de su fuga, pues hasta un cliente de Estados Unidos nos compró miles de máscaras con todo y el disfraz de prófugo”, abundó.

 

Orgulloso de representar a una empresa mexicana, Ricardo Esponda no duda de que el mercado siempre demandará de máscaras de personajes y de animales por la sencilla razón de que la cultura de símbolos lo reclama.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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