Gracias al análisis de los datos ofrecidos por el telescopio Kepler de la NASA, investigadores de la Universidad de Cornell señalaron que existen al menos 20 exoplanetas (planetas lejanos) que podrían potencialmente ser habitables e incluso albergar vida.
El candidato más cercano es K77-11, apenas un poco más grande que la Tierra, pero el planeta más prometedor es KOI-7923.01, cuya órbita es de 395 días y es más frío que la Tierra, pero lo suficientemente cálido y grande como para tener agua en estado líquido, imprescindible para que haya vida.
Su tamaño es similar a nuestro planeta y podría tener regiones similares a las tundras que conocemos.
«El exoplaneta KOI-7923.01 da la vuelta a su estrella aproximadamente cada 395 días y es uno de los gemelos de la Tierra más interesantes. Es muy posible que pueda albergar vida. Tiene el mismo tamaño que nuestro planeta pero su clima es un poco más frío», destacó Jeff Coughlin, director de la misión Kepler.
El equipo de investigadores está convencido en torno al 70 o 80 por ciento de que podría ser un candidato sólido para albergar vida.
Los planetas aún no han sido confirmados como habitables, se requiere más investigación, pero son «significativamente prometedores».
Para extraer estas conclusiones se ha desarrollado una nueva herramienta llamada Robovetter, que analiza automáticamente cuatro años de datos recabados por el telescopio Kepler de la constelación Cygnus.
Los investigadores han elaborado un catálogo de cuatro mil 34 planetas probables dentro de la Vía Láctea, dos mil 300 de ellos efectivamente confirmados como planetas.
Gracias al telescopio Kepler, hasta ahora los investigadores han podido encontrar casi dos mil planetas más allá de los confines de nuestro sistema solar, de los cuales varias decenas tienen todos los ingredientes necesarios para albergar vida.
Su descubrimiento ha puesto en alerta a planetólogos y astrobiólogos de todo el mundo y los ha empujado a desarrollar métodos que permitan evaluar la idoneidad de dichos planetas para la existencia de vida o para intentar, al menos, encontrar rastros de ella en sus atmósferas.
Coughlin señaló que muchos de los planetas en cuestión se encuentran lejos de toda luz y que por eso en cuatro años de observación espacial solo han logrado encontrar dos o tres y encima solo uno que gire alrededor de su estrella.
Y es que los planetas como estos son difíciles de encontrar, señalan, si se utilizan las técnicas que normalmente se usan a la hora de buscar cuerpos celestes.
Pero a principios de año el equipo de científicos del Kepler desarrolló un algoritmo capaz de reconocer exoplanetas -planetas más allá de nuestro sistema solar- a una distancia considerable de cualquier estrella.
El algoritmo consiguió encontrar de golpe diez posibles “primos” de la Tierra en una de las últimas imágenes del Kepler.
El equipo de Coughlin ha utilizado ese mismo algoritmo para confeccionar un catálogo de objetos KOI: exoplanetas ya descubiertos y cuerpos celestes candidatos a serlo.
La lista cuenta ahora con más de ocho mil cuerpos celestes. Solo dos decenas son posibles primos terrestres.
aarl