El presidente estadunidense Donald Trump calificó hoy la masacre de 26 personas en una iglesia de Sutherland Springs, Texas, como un “acto horrible de maldad”, se solidarizó con las víctimas y sus familiares, y ofreció toda su ayuda al gobernador texano Greg Abbott.

 

“En tiempos oscuros como estos, los estadounidenses hacen lo que saben hacer mejor: nos unimos. Nos damos las manos, unimos los brazos, y a través de las lágrimas y la tristeza, permanecemos fuertes”, señaló el mandatario en un mensaje desde Japón, donde se encuentra de visita, distribuido por la Casa Blanca.

 

Trump dijo que conversó con el gobernador Abbott y agradeció el trabajo de quienes respondieron al tiroteo y lograron detener al autor de la matanza, en alusión a un residente armado de Texas que confrontó al agresor.

 

El atacante fue identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años, veterano de la fuerza aérea de Estados Unidos.

 

El gobernador Abbott confirmó poco antes que 26 personas murieron y 20 resultaron heridas por el ataque contra los feligreses de un servicio religioso en una iglesia bautista en la comunidad de Sutherland Springs, al sur de San Antonio.

 

Abbott corroboró que es la mayor masacre registrada en la historia de Texas, superior a la ocurrida en la Cafetería de Luby en la comunidad de Killeen, donde 23 personas murieron el 16 de octubre de 1991.

 

Trump dijo que su gobierno está ofreciendo todo su apoyo a las autoridades estatales y locales en la investigación de la masacre.

 

aarl