Los sismos de septiembre pasado, registraron pérdidas económicas cercanas a los 16 mil 449 millones de pesos, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), presidida por Manuel Escobedo.
Los sismos del 7 y 19 de septiembre pasado, generaron un total de 38 mil 861 solicitudes de indemnización en distintos ramos: seguros de vida, gastos médicos, gastos funerarios, autos y daños en casa habitación; siendo este último el más señalado, con un total de 36 mil 453 reportes y una pérdida estimada de 16 millones 352 mil pesos.
Asimismo, el presidente de la asociación no descartó la posibilidad de que estas cifras puedan ser mayores a las establecidas por la AMIS, ya sea tanto en el número de siniestros registrados, así como en el monto total de las pérdidas económicas a causa de ambos desastres naturales, puesto que no todas las viviendas, comercios y personas contaban con una póliza de seguro contra siniestros.
“Tenemos alrededor del 27% de las viviendas aseguradas, a nivel de empresas a lo mejor sí puede ser más del 50%, a nivel de PyMES es más o menos el 8% asegurado, automóviles estamos en el 30% (…) es mucho más bajo el número de viviendas con seguro voluntario y sin embargo son las que significan la mayor pérdida”, señaló Recaredo Arias, director general de la AMIS.
Algunos procesos, puntualizó Recaredo, implican hasta 24 meses, por lo que la cifra a pagar por parte de las aseguradoras podría aumentar. Esto, según información recabada de 47 aseguradoras.
El reporte por daño a vehículos se situó en el segundo puesto en cuanto a reportes y pérdidas económicas, con un total de dos mil 267 solicitudes de indemnización y 85 millones de pesos por daños.
El directivo dijo que “por un bien público” debería ser obligatorio un seguro de vivienda para el régimen de condóminos a nivel nacional, cuyo costo dependería del valor del inmueble y su ubicación.
OTROS DESASTRES NATURALES
Por otro lado, durante el tercer semestre del año, las aseguradoras enfrentaron un panorama complicado ante una serie de huracanes, tales como Katia, Irma y José, los cuales en ocasiones mantenían varados en plena vía pública a los automovilistas, dejándoles susceptibles ante posibles choques vehiculares. Sumado a los sismos del mes de septiembre, cuyos epicentros provinieron de los estados de Oaxaca y Morelos.
“Del 13 de agosto al 20 de septiembre tuvimos 40 días en donde, entre sismos y huracanes, no veíamos por dónde estaba la cosa”, resaltó.
*edición impresa 24 Horas
caem