La plataforma de transporte Uber se enfrenta a una demanda colectiva en Estados Unidos por agresiones sexuales de sus conductores a pasajeras, después de que hoy dos clientas de la compañía que alegaron ser víctimas de estos actos interpusieran una denuncia, informaron medios locales.

 

Las pasajeras, que mantienen el anonimato, demandaron a Uber en el distrito norte de California en nombre de las mujeres que han sido objeto de “violación, agresión sexual, violencia física o acoso motivado por género” por parte de los conductores de la compañía en los últimos cuatro años.

 

“A tenor de la magnitud del número de pasajeras que han vivido acoso sexual y violencia de género, Uber debería haber hecho cambios drásticos en la manera en que revisa y controla a los conductores, así como avances en medidas de seguridad en su app y en los vehículos”, expone la demanda, según recoge el portal Mashable.

 

Además de buscar una compensación por las supuestas agresiones sexuales de las que fueron víctimas, las denunciantes piden al juez que ordene a Uber implementar una verificación de antecedentes más estricta hacia sus conductores.

 

De acuerdo con ese medio, una denunciante fue agredida sexualmente tras quedarse dormida en el asiento trasero del auto, en Los Ángeles, y la otra fue violada en su apartamento por su conductor, tras lo cual él fue detenido y ella recibió un reembolso del trayecto, valorado en menos de 10 dólares.

 

Las mujeres alegan que no se trata de un caso de conductores “malvados”, sino de que Uber ha permitido que personas peligrosas “logren acceso a víctimas vulnerables”, y critican que no se ha hecho “nada significativo” para que los trayectos sean “seguros para los pasajeros, especialmente las mujeres”.

 

“Uber ha hecho todo lo posible por seguir usando verificaciones de antecedentes de bajo coste y manifiestamente inadecuadas, y ha errado al controlar a sus conductores por conductas violentas o inapropiadas después de que son contratados”, explicaron en el documento.

 

La abogada de las denunciantes, Jeanne M. Christensen, dijo este martes que según la demanda presentada contra Uber, su “modelo de beneficios por encima de seguridad ha provocado que incontables números de pasajeras paguen el precio de la vergonzosa incapacidad para actuar” de la empresa.

 

En sus argumentación, la demanda también cita historias de agresión compartidas durante el movimiento “MeToo”, que inundó las redes sociales tras las revelaciones sobre el historial de abuso del productor Harvey Weinstein, o el registro como conductor de Uber del autor del ataque terrorista del 31 de octubre en Nueva York.

 

Piden que Uber utilice medidas de seguridad basadas en huellas dactilares, a las que se opone; que revise cada seis meses el historial criminal de sus conductores y que vete a los delincuentes sexuales o a personas con condenas por violación o agresión.

 

En este sentido, la denuncia desgrana que Uber se autodenomina legalmente como “plataforma de tecnología” en lugar de “plataforma de transportes” para “eludir el escrutinio de los reguladores estatales y locales” en cuestiones de seguridad.

 

En los últimos meses, la plataforma se ha visto envuelta en una serie de polémicas relacionadas con su cultura sexista y discriminatoria en el entorno de trabajo, que fue objeto de investigación y resultó en la renuncia de su cofundador y exconsejero delegado, Travis Kalanick.

 

La elección del nuevo directivo de la firma, Dara Khosrowshahi, fue interpretada como una nueva etapa y tanto él como otros directivos se han pronunciado públicamente sobre los esfuerzos de la firma por “hacer las cosas bien” y transformar sus valores corporativos. EFE

 

aarl